Joseba ITURRIA | GAP

Bernaudeau ha cumplido 55 años en pleno Tour y vive su mejor momento como director del Europcar, un proyecto que compara con el del Euskaltel. Hay muchas similitudes entre los dos grandes triunfadores de los Pirineos. Los dos tienen 6,5 millones de presupuesto, sólo más que el Saur Sojasun. Apuestan por la formación de ciclistas impulsados por las instituciones de Euskal Herria y Vendée y Pays de Loire, respectivamente, y triunfan en el Tour con dos corredores a los que acogieron cuando eran muy jóvenes y que han superado situaciones personales muy duras. Samuel perdió a su madre y Voeckler a su padre, al que arrebató el mar que tanto le atraía. Los dos dejaron su casa con 19 y 17 años para convertirse en ciclistas. Bernaudeau destaca el trabajo de formación de una estructura que él creó en 1991 –colgó la bicicleta en 1988 con el Fagor–, liderada por el Vendée U, equipo amateur por el que han pasado medio centenar de profesionales actuales y siete de los nueve integrantes del Europcar del Tour.

¿Qué siente cuando ve a Voeckler de líder en el Tour?

Es el resultado del trabajo de formación en el ciclismo. Nosotros nos parecemos al equipo Euskaltel. Mi sueño es tener el 100% del equipo procedente del Vendée U. Mis corredores son mis hijos, siete de los nueve integrantes del equipo en el Tour estaban en la escuela del Vendée U. Son muchos. Mi concepción es fabricar, no comprar nunca.

¿Recuerda cómo llegó Voeckler a su escuela con 17 años?

Vivía en Martinique, en el Caribe [a su padre le gustaba mucho la navegación por el mar y con su madre decidieron comprar una casa allí y salir de Francia con sus dos hijos cuando Voeckler tenía 7 años. Su padre tenía veleros y participaba en regatas y atravesó tres veces el Océano Atlántico hasta que una vez, cuando Thomas tenía 13 años, salió a la mar con su velero y nada más se supo de él].  Con 17 años realizó su inscripción para el programa Deporte y Estudios en nuestra escuela del Vendée de ciclismo. Vimos que tenía victorias en Martinique y decidimos aceptarlo.
Recuerdo cómo llegó con su mochila y su bicicleta Look de la Once, la de Jalabert. Tenía mucha voluntad. Su madre no sabía que venía a ser ciclista, no se lo dijo. Pensaba que estaba en Francia sólo para estudiar, pero era Deporte y Estudios. El viernes todos los demás se iban a ver a su familia y él se quedaba solo hasta el lunes. Fue duro, pero vino para conseguirlo.

¿Qué destacaría de él de sus primeros años en el Vendée?

Su fuerza mental. Su vida ha sido difícil. Ver que tu padre sale a la mar y no vuelve es muy duro y ha tenido que ser muy fuerte mentalmente para superarlo.  Y su disposición al trabajo, hacía todo lo que debía y así fue el mejor aficionado francés en 2000 por delante de Anthony Charteau y fue segundo en la París-Roubaix amateur en ese año 2000 detrás de un alemán y por delante de Tom Boonen, que fue tercero. Así decidimos pasarle a profesional en 2001.

Desde entonces ha sido fiel al equipo y esperó hasta octubre para que encontrara un sponsor...

Estoy muy feliz con mi equipo. En julio encontré un pequeño sponsor, pero hicimos una apuesta, todo o nada, y buscamos otra cosa y Voeckler ha estado con nosotros. El chófer es su amigo, con el mecánico se ha comprado una casa... Veía que personas que llevaban con nosotros quince años perdían su trabajo y él tenía grandes proposiciones. Su mujer le decía que estaba en juego el equilibrio familiar... Pero él dijo que iba a esperar hasta el límite y lo hizo. Es maravilloso, la recompensa al trabajo hecho con él desde que tenía 17 años. Pero no sólo él. Había corredores como Fedrigo que habían salido, pero los que se han quedado hasta el final son los que llegaron a la escuela. Esa es la gran realidad.

¿Se ha publicado que en Europcar cobra la mitad de lo que le ofrecía Cofidis para marcharse?

Nosotros prácticamente hemos igualado la oferta. No ha perdido dinero por quedarse. Ha podido perder algo, pero tampoco pienso que demasiado. [La clave estaría en que Europcar le permite negociar unos contratos de derechos de imagen que acercan sus ingresos a lo que ofrecía Cofidis por cada uno de los dos años que estuvo a punto de firmar cuando Bernaudeau cerró el acuerdo con Europcar].

No hay dinero más rentable...

Si el amarillo lo perdemos hoy mismo –dice por ayer– y no hacemos nada más, el Tour ya lo hemos conseguido cerrar con éxito. Todo lo que llegue a partir de ahora será la recompensa al más fuerte en el pelotón en el aspecto mental. A Thomas no se le podrá reprochar nada, corre al límite. Tiene una buena salud, y además está de amarillo.