LOGROÑÉS 0 

OSASUNA  3

Sin mayores alardes, Osasuna salvó con victoria su primer compromiso de pretemporada, del que pocas conclusiones se pueden extraer, dado que lo físico todavía manda, no en vano todavía no se ha cumplido la primera semana de trabajo. Sí que sirvió para que Mendilibar probase un dibujo con dos delanteros natos.

La diferencia de categoría, en cualquier caso, se hizo palpable a las primeras de cambio. Apenas habían pasado cuatro minutos cuando Ibrahima ya comenzó a demostrar que puede ser una importante pieza en el juego aéreo y que se lo va a poner muy difícil a los téoricos delanteros titulares, con la única mácula del balón a puerta vacía que envió en el 36.

Un cabezazo del africano a saque de esquina de Cejudo se estrelló en la cruceta y el rechace lo recogió un adelantado Miguel Flaño que, en semi fallo, empalmó a las redes. El gol pilló descolocados a los locales y facilitó que el mejor toque de balón rojillo se convirtiera en la constante de ese inicial tramo.

Pero el Logroñés, con pundonor y aprovechando la lentitud y mala colocación de algunos hombres como Soriano o Rubén, fue generando ocasiones de peligro. Haciendo honor a su apellido, Osado fue quien más temor llevó a la zaga navarra. Hasta en cuatro oportunidades remató, pero unas veces la falta de puntería y otras Riesgo, evitaron el empate.

Asistencia de Satrustegi

Tras no encontrar premio los anfitriones, fueron sus invitados los que volvieron a dar por segunda vez. Eneko Satrustegi, un lateral zurdo de similar planta al famoso Miquel Soler, demostró que sabe ponerla con su pierna buena -tendrá que mejorar en defensa- y le envió un preciso centro a Soriano para que cabecease la segunda diana.

Controló mejor Osasuna la segunda mitad, entre otras razones porque también mejoró en sus prestaciones defensivas, pero ello no fructificó en llegadas con mayor criterio, salvo alguna que otra esporádica. En este apartado, destacó la insistencia de Nino, rematando al larguero y con continua presencia en el área rival, incrustado entre los zagueros riojanos.

Hasta que acabó por conseguir su golito. El delantero almeriense se estrenó como anotador rojillo en el 87 cuando se adelantó a sus marcadores -un lance de pillo, como él acostumbra- para subir el tercer y definitivo tanto al marcador.