Con la actuación de Eric Burdon, hoy en la sala BBK de la Gran Vía bilbaina, se pone fin al ciclo «Music legends», y que tal y como ha sucedido con cada uno de los invitados al ciclo, cuenta ya con todo el aforo vendido. La sala dispone de unas 450 butacas, por lo que el tirón de los nombres del programa ha conseguido que todos colgaran el cartel de «Entradas agotadas», ante el cabreo de más de un aficionado que ha visto truncado su deseo de ver a una de sus leyendas. El consejo para que no sucedan estas cosas es estar pendiente de la programación y ser más rápido en internet que los demás. No hay otra. Ian Anderson llenó dos noches y vendió en horas ambos aforos, pero. lo dicho, no hay milagros si no se vive en Bilbo (más que nada por tener a mano la taquilla), estar atento al día que salen las entradas a la venta, generalmente, meses antes de que se produzca la actuación.

Recordamos que «Music legends» se inició con Wilco Johnson en enero, el ex líder y fundador del grupo Dr. Feelgood. En tiempos pasados, Wilko tocó mucho por Euskal Herria, de hecho hasta hubiese podido jugar en el Athletic, pero hacía tantos años que no se acercaba que llenó sin problemas. La sala también es cómoda y con condiciones para que todo suene bien, circunstancias que alientan aún más a los aficionados.

La historia siguió con Marianne Faithfull, con un espléndido y rockero concierto. Ian Anderson pudo con un lunes y un martes; dos noches mágicas que basó en un repertorio repleto de canciones históricas de la época de Jethro Tull, con nuevos arreglos, pero respetando la sonoridad y el espíritu de la época en las que fueron creadas.

John Mayall está mayor, con poca voz; su actuación fue regular. Albert Lee, quizá era el músico menos conocido de toda la serie, pero quienes se animaron al encuentro, se toparon con un guitarrista excepcional y en un estilo que no es habitual por aquí, el country-rock.

Dr. John dejó perplejos a la mayoría con su concepto del blues, el soul y el rock; todo visto desde el sur, Peter Hammill era otro de los nombres difíciles. La venta de entradas fue pausada, pero, finalmente, completó aforo. No tuvimos la ocasión de verle, pero algunos asistentes valoraron, en especial, su resistencia ante las modas y los nuevos sonidos.

Hoy, Eric Burdon tiene todo vendido, y desde hace semanas. No extraña, ya que a su larga carrera y el recuerdo de The Animals y War, hay que sumar que su faceta en solitario, aunque no muy prolífica, ha sido buena.