Amistoso en Azpeitia a favor del Kilometroak
Zubieta sigue pidiendo sitio
Los guipuzcoanos se impusieron a un Ajaccio más rodado con cuatro goles a balón parado de Labaka, Agirretxe y dos de Sutil.
Jon ORMAZABAL |
Mientras hay gente que comienza a desesperar ante la falta de fichajes, los canteranos de la Real aprovecharon el segundo amistoso del equipo en pretemporada para reivindicar que Zubieta ha de ser el pilar en el que debe edificarse el futuro del club. Si hace dos años la necesidad hizo que Griezmann tuviera la oportunidad que le ha permitido despuntar como una de las mayores promesas continentales, los detalles mostrados esta pretemporada por jugadores como Iñigo Martínez, Illarramendi o Iker Hernández, cada uno en una línea del campo, hacen vislumbrar un futuro prometedor, siempre que no se corte su progresión con inversiones que no aseguran nada más que gasto.
La sobriedad del central, que apunta a titular en un plazo no demasiado largo, la calidad del centrocampista, que da otro aire y otra fluidez a ese trivote que Montanier quiere para su centro del campo y el desparpajo mostrado por Iker Hernández, provocó un penalti tras dos regates de gran calidad, son las mejores conclusiones que se pueden sacar de la abultada victoria de los txuriurdin en Garmendipe ante un equipo corso que comienza su andadura en la primera división francesa en apenas dos semanas.
Cuatro goles a balón parado sellaron la goleada realista en una jornada completamente festiva, un resultado quizá demasiado abultado para lo visto sobre el terreno de juego, especialmente en la primera media hora de juego, en la que el Ajaccio demostró estar bastante más rodado en su preparación.
Con las normales limitaciones a estas alturas de pretemporada, Montanier alineó de inicio un once distinto a los dos de Beasain, que puede parecerse al que alineará al comienzo de temporada, con las aportaciones de jugadores como Prieto, Griezmann, Demidov y Bravo, ausentes ayer en Azpeitia.
Sin embargo, la puesta en escena realista no fue demasiado buena con un centro del campo demasiado estático y con poca chispa y una línea delantera con Sarpong a la izquierda, Agirretxe en la derecha e Ifrán más centrado, en la que los tres parecían bastante desubicados.
Sin movimientos ni entendimiento en las bandas, Elustondo en ningún momento acertó a dar fluidez al juego y el equipo se enredó en pases horizontales que no dieron nada más que algún susto, como el gol anulado por fuera de juego.
Labaka abrió el partido
Sin embargo, como tantas otras veces, una jugada a balón parado sirvió para cambiarlo todo. En la primera aproximación de peligro, De la Bella puso perfecta una falta lateral y Mikel Labaka, de gran cabezazo, abrió el marcador para la Real en una portería que tan bien conoce.
El gol hizo mucho daño al equipo de Corsica, mientras que la Real se creció y tuvo sus mejores minutos, especialmente en cuanto el otro azpeitiarra, Mikel Aranburu, comenzó a guiar la ofensiva realista. Tras una buena oportunidad de Zurutuza, Sarpong provocó un penalti tan claro como absurdo de Mostefa, que Agirretxe se encargaría de materializar, sumando así su tercer gol en dos partidos.
Al contrario de lo que hizo en Beasain, Montanier no presentó un once nuevo tras el descanso, sino que hizo un par de cambios, Toño Ramírez sustituyó a Zubikarai y Mikel González a Iñigo Martínez, mientras que el resto de sustituciones se realizaron cuando faltaba media hora para la finalización del partido.
Poco después de que Diego Ifrán se creara una gran oportunidad gracias a su gran punta de velocidad, Montanier dio entrada a la nueva camada de Zubieta y, con un rival bastante venido a menos y con Llorente y un Sutil que sí parece decidido convencer al nuevo técnico de que es útil liderando la ofensiva, los jóvenes valores realistas se gustaron y gustaron a Garmendipe.
Illarramendi, con Ros y Albistegi de escuderos, dejó detalles de su gran calidad pese a que ha tenido mejores días, mientras que Iker Hernández, con 17 años mostró un gran desparpajo, intentando cosas que hace mucho no se habían visto. Eso sí, los tantos que redondearon la goleada tuvieron la firma de Sutil, el tercero en una falta que puso al área que se coló directa y el cuarto de penalti.