El ministro de Defensa de Polonia, Bogdan Klich, dimitió después de publicarse ayer el informe sobre el accidente del avión presidencial en Smolensk, donde se reconocen errores del Ejército del Aire.

Los resultados de la comisión de investigación tras diez meses de trabajo apuntan a errores en los controladores rusos y a deficiencias en el aeródromo, pero también a carencias en el entrenamiento y preparación de los pilotos polacos del avión presidencial, un Tupolev 154M del Ejército del Aire polaco. «Con el fin de que la unidad realizase sus tareas, se tomaron decisiones de forma deliberada para ignorar o incumplir los procedimientos, para ofrecer una formación que no era acorde con las normas de formación (...). Se aceptó a pilotos recién salidos de escuelas de vuelo y no se realizaron vuelos de entrenamiento», señala el informe.

En el siniestro perdieron la vida los 96 ocupantes del aparato, entre ellos, además del propio presidente del país, Lech Kaczynski, y su esposa, gran parte de la cúpula política, militar y religiosa de Polonia. El primer ministro polaco, Donald Tusk, confirmó que Klich presentó su dimisión el jueves, aunque ayer se dio a conocer.

Falta de adecuada cooperación

«La fiscalía decidirá sobre potenciales culpables», explicó Tusk, quien recordó que, entre otros puntos, el informe recoge la falta de adecuada cooperación entre los miembros de la tripulación y una reacción tardía a los avisos del sistema automático que alertaba a los pilotos de que volaban demasiado bajo. En las conclusiones del informe se descarta la posibilidad de «atentado terrorista» como causa de la colisión, tal y como mantienen destacados miembros del partido conservador Ley y Justicia, al que pertenecía Kaczynski, que no dudaron en calificar de «falsos» los resultados del documento, que tacharon de «propaganda rusa».

Para Antoni Macierewicz, parlamentario de Ley y Justicia, los resultados de la investigación son un «escándalo» porque si se leen detenidamente parece que sólo Polonia fue responsable de la tragedia, ya que se minimiza la culpa rusa. En el informe elaborado meses atrás por las autoridades rusas se apuntaba exclusivamente a un error de los pilotos y a las malas condiciones meteorológicas como las causas del siniestro del Tupolev, algo que no gustó a Polonia, que afirmó que las condiciones que se encontraron en el aeropuerto también contribuyeron.