Robo en la sede de la asociación
Etxerat relaciona el asalto de Gasteiz con la presión política y mediática
Etxerat denunció ayer el asalto de su sede en Gasteiz. Un ataque en el que robaron dos ordenadores y una caja con dinero, enmarcado en un contexto en el que predomina la «presión y el hostigamiento» político y mediático sobre los familiares de los presos políticos vascos, presentes el pasado jueves en la balconada de San Miguel en la bajada de Celedón. El robo fue horas después.
Ion SALGADO | GASTEIZ
Para Etxerat el «asalto» de su sede en Gasteiz, escenario de un presunto robo ocurrido el pasado jueves día 4 de agosto, tiene como trasfondo la situación política vivida durante los últimos días en diferentes municipios vascos, en el marco de las fiestas populares. Unas jornadas que ven marcadas por un «significativo aumento de la presión y el hostigamiento» sobre los familiares de los presos políticos vascos, presentes en la balconada de San Miguel horas antes de producirse el asalto.
En una rueda de prensa, José Angel Aramendi y Oihana Lizaso, portavoces del colectivo, explicaron que tras levantar el precinto que impedía el paso al local, situado en la entreplanta del número 5 de la calle Arana, los responsables del mismo pudieron constatar la falta de dos ordenadores y la ausencia de una caja con dinero.
Sin embargo, los supuestos ladrones no destrozaron la sede en busca de más dinero. Más bien todo lo contrario, ya que, tal como explicó Aramendi, los abogados que desempeñan su labor en el local de la asociación se encontraron un piso que presentaba un aspecto de «aparente normalidad».
Esta situación extrañó a los responsables, que todavía no han presentado una denuncia. Antes de acudir a la sede judicial, los miembros de Etxerat en Gasteiz prefieren investigar este «sospechoso» robo y realizar un recuento de material. «Se trata de un suceso sumamente grave que atenta contra nuestro trabajo», destacó Aramendi.
En opinión del colectivo, que defiende los derechos de los presos políticos vascos y de sus familiares, lo acontecido en el local resulta «inadmisible». Para Lizaso, el ataque supone un intento de «ocultar la realidad» de todas las personas encarceladas en los estados español y francés. «Eso es en el fondo lo que tratan de ocultar mediante un chantaje mediático, político y policial», recordó.
Los portavoces de Etxerat presentes en la mesa, que estuvieron arropados por una veintena de personas, manifestaron que el asalto contra su sede en la capital arabarra tiene entre sus objetivos «amedrentar y limitar la enorme demanda» en favor del respeto a los derechos de las personas presas, y, de este modo, tapar «la durísima situación que padecen».
Asimismo, los presentes compararon el asalto, o supuesto robo, con «experiencias del pasado», cuando los ataques contra la asociación y contra otros agentes de similares «no eran casuales, ni fruto de algaradas de incontrolados».
Clima de tensión
En cuanto a la autoría del asalto, los responsables de Etxerat desconocen completamente la identidad de los culpables. No obstante, para Lizaso detrás del ataque se esconde una motivación política, azuzada por la presión mediática sobrevenida durante los últimos días.
A este respecto, los portavoces de la asociación relataron que resulta «sumamente alarmante» que asalto al local haya coincido con el aumento de las críticas a los familiares de los presos políticos vascos. Como el propio Aramendi afirmó, desde Etxerat no creen en «casualidades». «En este contexto llegan las amenazas, los insultos de carácter barriobajero y fascista, las prohibiciones y un presunto robo con más connotaciones de asalto», lamentó.
Por último, recordaron que este tipo de sucesos forman «un dique de contención», que impide que se abra «un nuevo tiempo en clave de reflexión democrática» en Euskal Herria.
Los familiares advierten circunstancias extrañas en el asalto, ya que si bien los atacantes se llevaron dos ordenadores y una caja de dinero, el piso fue abandonado dejándolo en un aspecto de «aparente normalidad».
Etxerat afirmó que está aportando su «granito de arena» en la resolución del conflicto político que padece Euskal Herria, y mostró su disposición a hablar con grupos y personas de distintas sensibilidades políticas.
Durante el turno de preguntas posterior a la rueda de prensa, Lizaso se refirió a los rumores sobre movimientos de presos alentados por el diario estatal ``El Mundo'' estos últimos días, aunque sin aportar ningún dato fehaciente al respecto, y que ha motivado que asociaciones de víctimas expresen su opinión contraria. Etxerat remarca que no tiene conocimiento alguno al respecto. Sin embargo, la responsable afirmó que, en caso de haber algo cierto, «bienvenido sea». Incidió en que poder estar cerca de su lugar de residencia es un derecho para todas aquellas personas que cumplen una pena privada de libertad., un principio que no se respeta en los estados español y francés, ya que aplican la dispersión como castigo a los presos políticos vascos y a sus familiares. La asociación destacó además que el retorno de los presos a Euskal Herria es una «demanda mayoritaria» de la sociedad vasca. I.S.
