Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato a presidente del Gobierno español y autoproclamado líder del PSOE, insistió ayer en su nuevo discurso, adecuado a la situación política en Euskal Herria, según el cual el Estado afronta hoy una «batalla política» contra el independentismo vasco que debería de producirse «en términos democráticos». Expresadas de esta forma, las palabras de una persona que ha ostentado cargos tan relevantes como el de ministro del Interior y que aspira a gobernar el Estado constituirían un innegable paso adelante. Sin embargo, Rubalcaba pasó por alto la existencia de una barrera objetiva que impide la consecución del proyecto independentista, como es el actual marco jurídico estatal. Preguntado al respecto, sostuvo que «ser independiente en España tiene sus trámites», apelando expresamente a la Constitución.

El líder del PSOE sabe que la Constitución y su articulado, salvaguardas de la unidad del Estado, no son un trámite, sino una traba no-democrática para las aspiraciones de independencia. Si realmente pretende entablar una batalla política en términos democráticos, el Estado y sus representantes deben eliminar esa barrera.