Las potencias emergentes tratan de forzar un acuerdo para acabar con la crisis siria
GARA |
El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, se reunió a solas y cara a cara con el presidente sirio, Bashar al Assad, durante más de dos horas en el marco de su visita a Damasco
Davutoglu, uno de los ministros de Exteriores más reconocidos en el mundo, no hizo declaraciones tras el encuentro y tenía previsto convocar una rueda de prensa tras su regreso a Ankara
Por contra, el presidente sirio fue locuaz e insistió en que «no cederá en su persecución de grupos terroristas» en Siria, según informço la agencia estatal Sana. Damasco atribuye las muertes de civiles en las protestas que comenzaron en marzo a grupos armados.
Problema interno para Erdogan
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dejado claro que Turquía «no ve a Siria como un problema externo (...) Siria es nuestro problema interno porque tenemos una frontera de 850 kilómetros con este país, tenemos lazos históricos y culturales, tenemos un parentesco», ha agregado, subrayando que por todo ello Ankara no puede ser un mero espectador de lo que sucede en Siria. Ankara y Damasco conparten, además de frontera, el problema kurdo, el del pueblo sin Estado más poblado del planeta.
Mientras se espera para hoy la llegada a la capital siria de una delegación internacional enviada por India, Brasil y Sudáfrica, el grupo opositor Comités Locales de Coordinación aseguró que al menos 22 personas, entre ellas ocho niños, murieron ayer por los disparos del Ejército y de las fuerzas de seguridad en varias ciudades de Siria, la mayoría en la provincia de Hama. Otras fuentes hablaban de más de 30 muertos.