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«Las mutuas favorecen la precariedad y mi caso no deja de ser un ejemplo más»

Luis Vilariño fue víctima de un accidente laboral en setiembre de 2009. Tras recibir el alta del hospital en el que ingresó, Fremap Mutua cogió su caso. Desde entonces, denuncia que sufre «un calvario», que se traduce en «secuelas físicas y sicológicas» por el trato de la mutua.

Iosu GANUZA |

Luis Vilariño, empleado de Grupo Aldakin y residente en la localidad navarra de Noain, sufrió un accidente laboral en setiembre de 2009, en el que se rompió el calcáneo del pie izquierdo (hueso del talón) y se hizo un esguince en la rodilla derecha, lo cual le impide permanecer de pie más de una hora.

La mutua Fremap ha llevado desde entonces su tratamiento que, según explica Vilariño, «consistía en visitas quincenales con el médico de la mutua, aunque no se realizaban pruebas. Sólo se me hacían preguntas». A pesar de reiterar que no se encontraba bien y solicitar que le hiciesen las pruebas, se le dio el alta laboral en febrero de 2010. Dos semanas después volvió a solicitar la baja, teniendo que hacerlo dos veces.

«Si no llega a ser por la colaboración de la empresa para la que trabajo, seguramente estaría perdido». En una reunión en mayo de 2010, el médico de Fremap, el doctor Otaño, «reconoció que erró». Hasta entonces, el afectado había adjuntado diferentes informes de otras clínicas y del médico de cabecera.

La mutua le envió a iniciar un tratamiento en Donostia, donde se le ofreció la infiltración. Vilariño no disponía de medios para hacer un tratamiento allí, y solicitó que se lo pusieran o que en su defecto le hiciesen las infiltraciones en Iruñea.

A pesar de todo, se le citó para ir a la capital guipuzcoana. Wl trabajador optó por no acudir y se le dio el alta «por incomparecencia médica», hecho que denunció ante los tribunales y que, el pasado lunes, le fue reconocido.

El 2 de setiembre de 2010 fue intervenido del pie en la Clínica Universitaria de Iruñea. «Estuve de baja hasta que el 5 de julio de 2011 me llegó una carta en la que la mutua me comunica que, debido a un error en la tramitación con la Seguridad Social, estoy dado de alta desde el 24 de junio». A día de hoy no sabe si está de alta o no porque la ha impugnado.

Debido a esta situación, Luis recibe tratamiento sicológico desde hace varios meses y el médico de cabecera va a solicitar que se le dé la incapacidad laboral. Mientras tanto, la pelea con la mutua sigue en pie porque ésta le acusa de «hacer negocio feo». Asegura que «la mutua quiere forzar la situación para que me rinda, como hace mucha gente. Pero yo sé que las mutuas favorecen la precariedad laboral y sólo sirven para reducir los períodos de baja».

Frente a ello, se muestra dispuesto a utilizar cualquier medio que esté en su mano porque «como yo hay mucha gente y es algo que hay que denunciar».

SU SITUACIóN

Con 47 años, Vilariño se encuentra afectado. El trato recibido por la mutua le ha llevado a un trastorno mental y sufre molestias en el pie afectado. La empresa continúa pagándole a pesar de su situación.

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