Arnau Tomás | violonchelista del Cuarteto Casals
«La crisis también ha afectado a los conjuntos de cámara»
El Cuarteto Casals es, seguramente, el conjunto de música de cámara del Estado con un mayor prestigio a nivel internacional. Esta tarde ofrecerán en el Victoria Eugenia un recital formado por obras de Boccherini, Beethoven y Bartók, uno de los autores húngaros homenajeados este año por la Quincena Musical.
Mikel Chamizo
No es la primera vez que la Quincena Musical acoge un concierto del Cuarteto Casals, formado por los violinistas Vera Martínez y Abel Tomás, el violista Jonathan Brown y el violonchelista Arnau Tomás. Desde que el conjunto comenzó a destacar, el festival confió en su calidad y son ya bien conocidos entre el público donostiarra.
El Cuarteto Casals ha conseguido situarse entre los cuartetos de cuerda más prestigiosos de Europa. Un caso único hasta su aparición, porque en el Estado español durante muchas décadas la educación de instrumentos de cuerda y de cuartetos fue deficiente.El Cuarteto Casals es, seguramente, el conjunto de música de cámara del Estado con un mayor prestigio a nivel internacional. Esta tarde ofrecerán en el Victoria Eugenia un recital formado por obras de Boccherini, Beethoven y Bartók, uno de los autores húngaros homenajeados este año por la Quincena Musical.
En gran parte hay que agradecerle ese mérito a la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid, que fue una de las primeras en traer a profesores de cuerdas de muchísimo nivel. Nuestra generación tuvo ya la suerte de formarse en ese centro, pero es verdad que para los que nos precedieron era complicado encontrar en España una buena formación de cuerdas y de música de cámara. Nosotros comenzamos con el Cuarteto Casals en la cátedra de la Escuela Reina Sofía, los cuatro éramos alumnos allí. Los primeros pasos del Cuarteto se dieron dentro de las actividades del centro, y al salir de allí decidimos mantener el conjunto mientras terminábamos de perfeccionarnos individualmente en Europa con otros profesores. Y de ahí a los tres o cuatro años ya nos centramos profesionalmente en el Casals.
Así que llevan muchísimos años tocando juntos. Es algo paradigmático de los grandes cuartetos de cuerda. ¿Cuál es su dinámica de trabajo habitual? ¿Además de compañeros, hay también vínculos de amistad?
Un cuarteto de cuerdas suele pasar por diferentes fases. Cuando empieza, sobre todo, está obsesionado por convertirse en cuarteto, es decir, en desarrollar una serie de automatismos que lo conviertan en un conjunto de alta precisión. Eso requiere 5 o 6 años de ensayos prácticamente diarios. Pero cuando eso ya está logrado plenamente, digamos que a partir de los diez años, es cuando se empieza a saborear realmente la esencia de ser un cuarteto, de hacer música más allá de las cuestiones técnicas y camerísticas, que ya están completamente asimiladas.
En cuanto a si nos llevamos bien, sí, somos prácticamente como una familia. Pero, por eso mismo, también es importante no abusar de la convivencia. Es mejor evitar tensiones fuera del trabajo, que ya nos genera sus propias tensiones, y basar más las relaciones con tus colegas en base al respeto profesional, no está escrito que tengamos que ser íntimos amigos.
Para su concierto de esta tarde han escogido un programa curioso, en torno a tres B's: Boccherini, Beethoven y Bartók. Parece que Boccherini no termina de cuadrar muy bien ahí.
En efecto, no cuadra, pero tampoco creíamos que debería de cuadrar. Buscábamos un programa con contrastes, que hubiera un poco de todo. Nos gusta que en nuestros recitales haya tres estilos diferentes, y que uno de los autores haga referencia a los orígenes del cuarteto de cuerdas. También podría haber sido Haydn en vez de Bocherini.
Se ha hablado mucho de la relación entre los últimos cuartetos de Beethoven y los de Bartók.
Ambos comparten la densidad del lenguaje y unas estructuras similares. Luego Bartók se basa más en melodía de corte folclórico, y Beethoven no tanto. Pero sí que encontramos similitudes en la escritura misma, en las técnicas compositivas que emplean los dos. Hasta se podría decir que a veces Bartók imita recursos de los cuartetos de Beethoven.
Ha corrido mucha tinta en los medios musicales sobre cómo la crisis económica ha afectado a las orquestas y las casas de ópera de todo el mundo. Pero apenas se ha hablado de los grupos de música de cámara. ¿Ustedes han notado mucho la crisis?
Sí, se ha notado especialmente en nuestro país. Hemos perdido proyectos importantes, como una residencia en Valladolid, porque se retiraron las subvenciones. También notamos una disminución general del número de conciertos, incluso en Alemania, aunque en menor medida. También intentan rebajarte los honorarios, porque los organizadores van más justos de recursos. Se ha notado, aunque en algunos casos particulares también parece que la crisis no existe en absoluto.