GARA > Idatzia > Kultura> Zinema

«13 asesinos» es la obra cumbre de un maestro japonés

A Takashi Miike se le tiene por un cineasta provocador e inquieto, pero domina tanto el arte cinematográfico que inevitablemente ha acabado haciendo obras maestras. Esta nueva versión de un clásico del género japonés chambara está a la altura de Kurosawa, Kobayashi o Mizoguchi.

p040_f02_97x164.jpg

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Takashi Miike prepara un remake del clásico del cine japonés «Harakiri», realizado en 1.962 por Masaki Kobayashi. No es de extrañar en vista del inmejorable resultado obtenido con la nueva versión de «13 asesinos», a su vez originalmente realizada en 1.963 por Eichi Kudo. Y Miike es de los que va directamente a las fuentes, empapándose del estilo originario de aquellas películas en blanco y negro de hace cinco décadas. Ni se molesta en darles una impronta actual, tal como intentan hacer otros cineastas contemporáneos, porque sabe que posee un estilo propio que acaba saliendo, incluso dentro de un planteamiento clasicista.

Trece contra 200

«13 asesinos» avanza ya las intenciones de Miike de cara a su próxima película, porque comienza con el ritual del harakiri filmado en un plano fijo a toda pantalla con la vocación de un clásico. Se informa al espectador de que ese acto tan tradicional está ocurriendo no hace tanto, a mediados del siglo XIX. Es una introducción histórica guiada por un espíritu divulgativo, a fin de que las nuevas generaciones conozcan cómo terminó un tiempo no muy lejano dando lugar a otra nueva hora, con otros valores diferentes.

La película está hablando del fin de la era Edo, que es el nombre con el que se conoció a la actual Tokio hasta la segunda mitad del XIX. Anticipa el período Meiji, lo que da lugar a un cruce entre el obligado tono crepuscular y cierta ironía asociada a un cambio de mentalidad. Esto último se aprecia en la escena de cierre, con los dos únicos supervivientes de la batalla haciendo comentarios sobre empezar a llevar un tipo de vida menos militarizado y más liberal.

Aunque el estilo externo que utiliza Miike en «13 asesinos» es ceremonioso, a nivel interno hay un constante cuestionamiento de un mundo abocado a su desaparición, al no poder mantener unos códigos de honor tan estrictos.

«13 asesinos» es la película más política de Miike hasta la fecha, donde se plantea abiertamente la lucha de clases. Los últimos samurais se encuentran enfrentados entre si, debido a que mientras unos se sienten marginados y más cercanos al pueblo que pasa hambre, los otros subsisten por medio de un vasallaje medieval. Ni que decir tiene que éstos últimos defienden la obediencia y lealtad a sus señores, por lo que luchan por mantener el poder del Shogun.

En cambio, los samurais que permanecen libres abogan por la caída definitiva del shogunato. Tal división conduce a una batalla desigual en la que los doce samurais, más un cazador salvaje que hace las veces de guía, se enfrentan a un ejercito de doscientos hombres. Nadie filma la lucha cuerpo a cuerpo como Miike, con el añadido para la ocasión de tácticas de la guerra de guerrillas.

la prolífica filmografía del genial takashi miike

En apenas dos décadas de carrera, el prolífico Takashi Miike ha engrosado una copiosa filmografía, con un agotador ritmo de producción de unas tres películas por año. Y, lo más increíble, es que nunca se repite a si mismo, gracias a una constante reformulación. El secreto está en saber combinar el concepto de autor occidental con una sucesión interminable de variantes genéricas muy nipona. Su consagración internacional se dió en la primera de las dos facetas, con la realización de 1999 «Audition», que fue un reclamo suficiente para ir recuperando sus películas anteriores. A las salas de cine no han llegado tampoco las posteriores, salvo la comercial cinta de terror «Llamada perdida; por lo que hay que acceder a ellas a través de Internet.

«Ichi the Killer» lo convirtió hace diez años en el rey del cine violento asiático, pero también domina el cine familiar en «La gran guerra Yokai», la experimentación en «Big Bang Love, Juvenil A», las de robots gigantes en «Yatterman», el soja-western en «Sukiyaki Western Django», y así hasta el infinito. M. INSAUSTI

LA MÁS POLÍTICA

«13 asesinos» es también un relato de la lucha de clases. Los últimos samurais están enfrentados porque mientras unos se sienten marginados y cercanos al pueblo que pasa hambre, otros subsisten a través del vasallaje.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo