«Vamos a suspender por el momento el estudio y aprobación de todo nuevo proyecto de construcción de ferrocarriles», anunció ayer el Gobierno de China. Las autoridades también «investigarán a fondo» los proyectos ya aprobados con el fin de «escoger de manera racional» las normas tecnológicas y los planes de construcción.

Decidió también limitar la velocidad de los TGV en las líneas recientemente inauguradas y ordenó inspecciones en todos los trenes y las líneas existentes y en las que están en construcción.

Estas medidas fueron anunciadas tres semanas después de la colisión, el 23 de julio en Wenzhou, entre dos trenes de alta velocidad, que provocó la muerte de 40 personas y dejó unos 200 heridos.

El Ministerio de Ferrocarriles señaló ayer que la velocidad los trenes-bala, concebidos para viajar hasta a 350 km/h, será limitada, los precios de los billetes se reducirán y los horarios serán ajustados.

El accidente ha cuestionado la seguridad de los trenes de alta velocidad, cuya red está en pleno auge. Creada en 2007 es ya la más grande del mundo. A finales de 2001 superaba los 8.358 kilómetros, en 2012 estaba previsto que alcanzara los 13.000 kilómetros y en 2020, los 16.000.

El trágico siniestro, aparentemente por un fallo de señalización durante una tormenta, ha inundado internet de mensajes que acusan al Gobierno de haber sacrificado la seguridad en aras al salvaje desarrollo económico del país.

La polémica ha afectado también a la empresa CNR Chanshung Railway Vehicles, fabricante de trenes de alta velocidad, que ha suspendido temporalmente la entrega de nuevas unidades a la espera de las revisiones tras una serie de retrasos en la línea Beijing-Shanghai por problemas «anormales» generados en los sensores térmicos, de velocidad y presión. La compañía tenía previsto, además, enviar a finales de mes parte del encargo de 112 trenes modelo CRH380BL, el que sufrió el accidente y ahora está en revisión.

El trágico accidente socavó aún más la reputación de los ferrocarriles en China, ya cuestionada por los escándalos relacionados con sobornos para la adjudicación de contratos públicos que llevaron al cese, en febrero, del entonces ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun.

Orgullosa de su tecnología, adquirida gracias a transferencias extranjeras, China ha comenzado a exportar equipos de alta velocidad, compitiendo con multinacionales en el mercado, pero el accidente de Wenzhou afectará a las exportaciones.