Esta mañana a las 9.23 horas, en la carretera que va de Hernani a Galarreta circulaba un tractor proveniente de unas obras cercanas, circulando a unos 40 Km/h y colapsando la marcha de los vehículos que a esa hora punta íbamos tras él.

En el único trozo de recta que existe en ese tramo que no prohíbe el adelantamiento y mide unos 100 metros aproximadamente, decido adelantarle y debido al corto espacio disponible acelero hasta los 80 Km/h. Después de reincorporarme al carril correspondiente al sentido de mi marcha, suelto el acelerador, pues hay una señal que indica la prohibición de circular a más de 50 Km/h.

¡Casualidad! En ese mismo tramo y escondido entre los árboles, se encuentra un radar portátil de la Ertzaintza. Unos 200 metros más adelante una patrulla de la misma me indica que pare a la derecha, donde ellos se encontraban. Me piden la documentación y, mientras trato de explicarles lo sucedido, pasa el tractor, lo que me obliga a decirle al Sr. agente que «esa misma máquina es la que acabo de adelantar».

El ertzaina, no solo me dice que no debía haberlo hecho, sino que además, por protestar, supongo, corrige la multa y donde ponía 71 Km/h pone 81 Km/h, y donde ponía 2 puntos pone 4 puntos, de retirada del carnet de conducir. Además de una multa de 400 euros.

Menos mal que los radares están para velar por nuestra deguridad y no por afán recaudatorio, lo mismo mismo que los piratas del Caribe.