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Aparente calma en las calles inglesas mientras la polémica salpica a la actuación policial

La calma parecía haber vuelto ayer a las calles de las principales ciudades inglesas tras dos noches consecutivas sin que se registraran incidentes, una tregua a la que dio la bienvenida el primer ministro, David Cameron, quien ayer se enfrascó en una polémica con la Policía al cuestionar su actuación durante los graves disturbios que se iniciaron el sábado. El fallecimiento de un hombre que estaba en coma eleva a cinco el número de muertes, mientras que las detenciones asciende a 1.600.

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GARA | LONDRES

La Policía británica mantiene las calles inundadas de efectivos para garantizar que este fin de semana no se reaviven los disturbios que estallaron el pasado sábado en Londres a raíz de la muerte de un joven por disparos policiales y se extendieron a otras ciudades inglesas.

Scotland Yard ya desplegó en la capital británica 16.000 agentes, en lugar de los habituales 2.500, en el que constituye el principal despliegue en tiempos de paz. Otros cuerpos policiales, incluidos los de Nottingham, Birmingham y Liverpool, señalaron que mantendrán también una elevada presencia, aunque tras dos noches consecutivas de calma no prevén que se produzcan incidentes de relevancia.

Precisamente ayer la Policía rebatió con vehemencia las críticas del Ejecutivo británico a su actuación ante la última ola de violencia nada más estallar el conflicto, que hasta ahora se ha saldado con más de 1.500 detenidos, de los que 800 ya han sido procesados, y cinco fallecidos. Sólo en Londres, el número de arrestos entre el sábado y el martes se eleva a 1.103. La Policía continúa publicando fotografías de los sospechosos tomadas por las cámaras de vigilancia instaladas en la vía pública.

La censura proviene de personas que «no estaban allí», señaló ayer el comisario en funciones de Scotland Yard, Tom Godwin. Sin citarlos, aludía al primer ministro británico, David Cameron, y a la titular de Interior, Theresa May, ausentes de Gran Bretaña por vacaciones durante los primeros tres días de los disturbios, que comenzaron en el barrio londinense de Tottenham la noche del sábado.

Ambos políticos consideraron que la presencia policial fue escasa en los primeros días de disturbios y criticaron que los saqueos e incendios de edificios y vehículos no fueran tratados como actos delictivos desde el inicio, recordó Efe.

Ante esta polémica, Cameron apuntó ayer que siente «un gran respeto» por la Policía, aunque la víspera consideró equivocada la primera reacción de Scotland Yard al tratar de desórdenes públicos los disturbios.

Con el papel de la Policía londinense en tela de juicio, responsables policiales rechazaron con firmeza que las tácticas policiales se endurecieran gracias a la intervención de los políticos. Aseguraron que la decisión de adoptar un enfoque «más contundente» para «restablecer el orden» fue idea de la Policía y no del Gobierno y recordaron que tuvieron que enfrentarse «a una situación sin precedentes.

Esta ola de violencia le ha dado una tregua saludable a Cameron que, para olvidar su tardía vuelta de vacaciones, se ha refugiado en un duro discurso contra los manifestantes multiplicando los anuncios de medidas represivas, contemplando incluso recurrir al Ejército, lo que ha satisfecho a la mayoría conservadora.

Cuatro días en coma

Cinco personas han fallecido hasta la fecha por la ola de violencia provocada por la muerte de Mark Duggan a manos de la Policía, la última de ellas un hombre de 68 años que sufrió el lunes heridas graves y murió el jueves por la noche. Un joven de 22 años fue detenido en relación a esta muerte y está siendo investigado por «asesinato».

El hombre, Richard Mannington Bowes, fue atacado por un grupo de jóvenes mientras trataba de sofocar un incendio provocado en Ealing y sufrió graves heridas en la cabeza que le dejaron en coma.

Las otras víctimas mortales fueron un hombre de 26 años que recibió varios disparos cuando se encontraba en un coche en el barrio londinense de Croydon y tres jóvenes de origen paquistaní atropellados en Birmingham cuando protegían su barrio.

Mientras, miles de londinenses han recurrido a las redes sociales para movilizarse para que su ciudad recupere la normalidad tras los graves disturbios, participando en la reconstrucción de los barrios dañados y ayudando a los más perjudicados, entre los que hay veteranos comerciantes que lo han perdido prácticamente todo.

Las mismas redes sociales que supuestamente se utilizaron para convocar a los participantes en los altercados y, después, para organizar las primeras brigadas ciudadanas de limpieza, y que Cameron quiere pretende cortar el acceso, son empleadas ahora como plataformas para coordinar todo un entramado de asociaciones vecinales, centros sociales, voluntarios y especialistas en construcción y reformas y para recaudar donaciones.

cinco muertos

El número de fallecidos desde que el sábado estallaran los disturbios se elevó ayer a cinco con la muerte de un hombre de 68 años que el lunes quedó en coma tras ser agredido por un grupo de jóvenes cuando trataba de sofocar un incendio.

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