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La Quincena despidió a un grande y saludó a los más pequeños

En otra de sus jornadas intensivas, el jueves la Quincena Musical homenajeó al desaparecido Xabier Lete, programó diversas actividades para niños y jóvenes y acogió el estreno del nuevo órgano de la Parroquia del Iesú.

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Mikel CHAMIZO | DONOSTIA

El jueves los aficionados a la música echamos en falta el don de la ubicuidad para poder, por un lado, llevar a nuestros hijos y sobrinos a la Jornada Infantil que la Quincena Musical organiza cada año en Donostia y, al mismo tiempo, asistir al Homenaje a Xabier Lete que el festival había programado en el Santuario de Arantzazu.

Un concierto extenso, que contó con la presencia de diversos amigos de cantautor, como Antton Valverde, Pier Paul Berzaitz, Erramun Martikorena, Amaia Zubiria y Petti. Un homenaje íntimo en el que, junto a los temas del propio Lete, la Coral de Cámara de Pamplona cantó también algunas de las música que más amaba, de Mozart y Victoria. La velada terminó con el público animándose a entonar las letras de canciones tan conocidas del oiartzundarra como «Lore gorrien balada» o «Xalbadorren heriotzean».

Pero mientras en Arantzazu se despedían de uno de los grandes de la música vasca, en la donostiarra Plaza Okendo las nuevas generaciones de músicos, niños y jóvenes entre 4 y 16 años, mostraban a sus padres, abuelos, amigos y todos los curiosos que nos acercamos por allí, los resultados de sus primeros pasos en el difícil arte de la música. Fueron los participantes de las colonias musicales «Musika bai!» que la Quincena organiza cada año, y que muestra su trabajo en días como el del jueves, con coros, bailes, instrumentos y, sobre todo, mucha ilusión. Los alrededores del Victoria Eugenia estaban repletos, mientras que en el interior del teatro se llevaban a cabo las representaciones de «El superbarbero de Sevilla», la versión para niños, realizada por Tricicle, de la misma ópera que tantas carcajadas arrancó en el Kursaal a los adultos unos días antes.

Inauguración del órgano

Pero aún quedaba una tercera cita imprescindible en la tarde del jueves, en la otra punta de la ciudad: el estreno del órgano barroco que se ha instalado en la Parroquia del Iesú de Riberas de Loiola, un concierto que a muchos nos sirvió también para conocer el templo diseñado por Moneo. El organista Esteban Landart tocó, ante una iglesia abarrotada, un programa de música barroca alemana que puso de manifiesto un órgano con buenas cualidades, timbres muy definidos y unos graves imponentes. Perfecto para interpretar a Bach entre los muros blancos y vaciós del Iesú.

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