El proceso que se ha puesto en marcha en Euskal Herria para alcanzar un escenario de normalización democrática y paz marcará las elecciones al Parlamento español, como ocurrió en los comicios forales y municipales de mayo. No obstante, en esta ocasión el debate electoral tendrá un nuevo componente: la utilización de este proceso como arma arrojadiza entre los dos grandes partidos españoles.

Mucho antes de que Alfredo Pérez Rubalcaba fuera nombrado por su partido candidato a la Presidencia del Gobierno español, el PP orquestó una dilatada campaña contra él en base al denominado «caso del chivatazo» o «caso Faisán». El hasta hace pocas semanas ministro de Interior se limitaba entonces a negar cualquier implicación en los hechos y en aconsejar al PP que dejara fuera de la contienda política la «lucha antiterrorista».

Pero en los últimos días Javier Arenas -vicesecretario del PP que está actuando como portavoz de su partido durante las vacaciones de Mariano Rajoy- ha subido un peldaño más en sus críticas y el jueves aclaró cuál va a ser la actitud que mantendrá su partido en adelante. Ante la petición del PSOE de «apartar el terrorismo» de la campaña, Arenas respondió que este argumento «siempre se plantea» cuando «uno tiene mala conciencia y cuando uno tiene graves responsabilidades».

«En ésta, no»

Ayer, Rubalcaba sacó el tema en el encuentro que mantuvo en una localidad madrileña con el comité de campaña y con trabajadores y voluntarios que participan en los preparativos de su candidatura. Y lo hizo para asegurar que ésta será la primera campaña electoral «segura» que se desarrolle en el Estado español «en democracia».

«Nunca desde el 77 hemos hecho una campaña donde no haya estado la sombra de ETA. En ésta, no», afirmó. Y, como recogió la agencia Efe, insistió en ello al señalar que será la primera «sin tener temor a un atentado de ETA».

Los dirigentes del PP no tardaron en salir al paso de esas declaraciones, que fueron destacadas en titulares de agencias y de ediciones digitales de muchos diarios durante las primeras horas de la tarde. El citado Arenas criticó el «cinismo» del candidato del PSOE de «pretender apuntarse medallas» al hablar de ETA. «Hay que ser muy cínico -comentó- para proponer hace tres días que nadie hable de ETA, y ahora pretender apuntarse medallas cuando todavía tanta gente lo pasa tan mal en el País Vasco y tantas víctimas del terrorismo esperan que de una vez se les pida perdón».

La cuestión de los presos

Si Rubalcaba había hablado de forma genérica sobre el proceso en marcha en Euskal Herria, su compañero de partido y consejero de Interior del Gobierno de Lakua, Adolfo Ares, fue más concreto en su comparecencia ante los medios en la comisaría central de la Ertzaintza, en Erandio.

Como informó Europa Press, dijo que «algunos en la política vasca se pueden conformar con que ETA declare una tregua permanente». «Nosotros -añadió- no nos conformamos con nada menos que no sea que ETA desaparezca definitivamente».

En este contexto, aseguró que tiene «constancia» de que «cada vez más presos de ETA reclaman el fin de la actividad terrorista» e instó a Bildu a que haga lo mismo.

El consejero de Interior no quiso entrar a especular sobre si se espera o no un comunicado de ETA antes de las elecciones estatales.

En contraposición, el portavoz de Interior del PP en el Congreso de los Diputados, Ignacio Cosidó, utilizó ayer su blog para asegurar que Rubalcaba «rehabilitó a los cómplices de ETA», en alusión a la presencia de Bildu en las pasadas elecciones, porque «creía que la banda emitiría un comunicado anunciando su disolución a cambio de algunas concesiones aparentemente menores en materia de presos y otros asuntos».