GARA > Idatzia > Iritzia> Azken puntua

Amparo LASHERAS | Periodista

El oficio de escribir en una tarde de verano

Sentarse ante el ordenador y pensar sobre qué se escribe. El eterno tópico de la página en blanco, el reto al que se enfrenta el que se dedica a este humilde oficio de escribir. Y lo llamo humilde porque, aunque en momentos se vista de importancia intelectual o literaria, todo se reduce a la destreza de juntar palabras para contar una historia, un sentimiento o una realidad que nos abruma. Un viejo oficio que nació de la necesidad colectiva de comunicarse, de decir quién se es y, así, reconocernos ante los demás. A veces una quisiera hablar de sí misma, o de otros, contar las inquietudes que golpean el ánimo y ese corazón que tantas veces pasa desapercibido. Decir, «necesito que leas lo que escribo porque te estoy hablando», es como gritar: ¡mírame a los ojos y atiende! Pero nunca se sabe quién escucha, la gente desaparece y una tiene miedo de que las palabras, las ideas o las sensaciones se mueran en un camino sin retorno. Creo que sentarse ante un ordenador es un constante volver a empezar, un continuo desnudarse ante un mundo que desearíamos cambiar y nos duele más allá de los propios temores e ilusiones; más lejos de la soledad social o el pensamiento político. Nunca se debe de abandonar el oficio de escribir, de juntar palabras para descubrir quiénes somos. Estamos en agosto. Dicen que Euskal Herria avanza y que el mar está precioso. Pero también he oído que Londres arde por los cuatro costados en un conflicto social sin precedentes, que en Siria el Ejército sigue asesinando, que aún llegarán más recortes sociales y más paro… Y a mí sólo se me ocurre escribir que, con sol, el silencio siempre es más callado y solitario.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo