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EH Jaietan | Portugalete

Los jarrilleros, en la recta final de unos sanroques coloridos y participativos

 

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«Iritsi da jaia Portura». La canción compuesta el año pasado por el portugalujo Xabi Aburruzaga sirvió para anunciar a todos los jarrilleros la llegada de las ya tradicionales prefiestas.

Tras esos tres intensos días de calentamiento, y como dicen que todo lo bueno se acaba –más bien rápido, suelen afirmar–, el calendario ha seguido perdiendo sus hojas hasta llegar a la recta final de los sanroques de Portugalete, que ya mañana se despiden hasta el año que viene.

Pero que no cunda el desánimo, ya que Portugaleteko Koadrilak aún guarda varios ases bajo la manga para dar a los festejos de esta villa vizcaina un tinte más colorido, más participativo y más dinámico.
Para el día de hoy, las cuadrillas tienen preparada la tradicional comida popular, que se celebrará a partir de las 14.30 en el Mercado de Abastos, aunque ya desde antes calentarán motores con un poteo que partirá desde la calle Coscojales.

Los jóvenes de todas las edades que a buen seguro participarán en esta cita deberán cargarse de energía al 200%, ya que el día promete ser largo.

Irrintzis y romería
Y es que de no llenar bien el buche, difícilmente podrán dar la talla en el concurso de irrintzis que tendrá lugar a las 21.00, y menos aún podrán seguir el compás que les marque la romería Erdizka Lauetan para bailar a partir de las 23.00. Ambas actividades se llevarán a cabo en la plaza del Solar.

Ya mañana, último día de  fiestas, además de las numerosas actividades programadas durante toda la jornada para los más txikis, uno de los actos centrales será la bajada de goitiberas, a las 19.00 en la calle Bizkaia. Según recuerdan desde Portugaleteko Koadrilak, y como ya pasó en la novedosa prueba «Humor amarillo... y negro» celebrada el domingo –en la que las cuadrillas debían enfrentarse a un hinchable de 20 metros repleto de obstáculos– sólo los mayores de 18 años podrán participar.

Sólo con echar un vistazo al nutrido programa elaborado por Portugaleteko Koadrilak resalta el éxito de un modelo festivo enraizado en la villa.

Tanto es así que se les hace difícil ofrecer una cifra de los grupos y colectivos que año tras año llenan de vida las fiestas.
«No tenemos un número porque es algo tan tradicional y ‘de toda la vida’ –destacan– que es difícil hacer un seguimiento».
Según narran los organizadores, «hay desde cuadrillas que cumplen 40 ó 50 años hasta las que se forman por chavales y chavalas de 14 ó 15 años».

«La gracia del asunto está ahí, es una manera de fortalecer la cuadrilla, un símbolo que nos une y dar color y ambiente a las fiestas», concluyen. 

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