Mes y medio después de haber sido detenido en su lugar de residencia, Cahors, y encarcelado durante una semana, el ex preso Daniel Dergi ha sido exonerado por el Tribunal de Apelación de Agen. Esta instancia rechazó ayer la euroorden presentada por el Estado español con el objetivo de volverlo a juzgar por pertenencia a ETA, por lo que ya fue condenado a 20 años de cárcel en el Estado francés y quedó libre en marzo de 2008.

El caso ha vuelto a evidenciar el afán de Madrid de explotar este procedimiento extraordinario contra ciudadanos vascos. Tras haber logrado luz verde París a su petición de entrega de Aurore Martin, militante de Batasuna, por actividades políticas, pretendía ahora la entrega del ex preso, acusado en este caso de actividades ligadas ya a ETA pero por las que ya cumplió la condena. En ambos casos, se trata de ciudadanos de nacionalidad francesa, lo que supone testar el grado de implicación de París en la persecución a ciudadanos vascos.

La Fiscalía se había pronunciado en contra de la euroorden, aunque con cierta ambigüedad, lo que dejaba todas las opciones abiertas. Ayer el Tribunal de Agen zanjó el caso con el rechazo a la demanda de la Audiencia Nacional, que se refería además a un hecho de 1994 y que en el Estado francés estaría prescrito.

Fuentes judiciales adelantaron a agencias españolas que la sala se basa en que «un parte de los hechos imputados ocurrieron en territorio del Estado francés», por lo que se entiende que ya fueron castigados en París y no hay cobertura legal para que sean juzgados de nuevo, ahora en Madrid.

Pese a haber quedado exculpado ahora, Dergi fue detenido y encarcelado durante una semana, entre el 6 y el 13 de julio. En la operación participaron también los servicios de información de la Policía española, además de la Policía francesa.

Tras la decisión de ayer, fuentes judiciales explicaron que se mantiene su situación de libertad condicional, pero se le ha levantado el control judicial impuesto el 13 de julio para garan- tizar su presentación en la audiencia.

Por lo demás, Daniel Dergi sigue obligado a residir lejos de Euskal Herria, ya que tras su excarcelación en 2008 se le impuso la prohibición de residir en el Departamento de Pirineos Atlánticos y los limítrofes, así como en Bretaña y París.

Durante estas semanas, el caso de Dergi ha tenido eco tanto en Madrid como en París. Por ejemplo, ayer mismo publicó una entrevista con él el periodo ``Libération'', en la que el militante abertzale alertaba de que con estas maniobras se trata de sentar precedentes para aumentar la represión.

Izquierda abertzale: «Positivo»

Tras conocer este fallo, la izquierda abertzale emitió una nota en la que indica que «valora positivamente la decisión del Tribunal de Agen», y además aprovecha para «aplaudir la actividad del amplio y plural movimiento en defensa de los derechos civiles y políticos y en contra de las euroórdenes conformado en Ipar Euskal Herria, así como el compromiso mostrado por partidos y agentes de ideologías diversas»

Junto a ello, incluye también una apelación a los estados español y francés «para que de una vez y para siempre dejen de lado el accionar represivo y realicen una aportación constructiva a la nueva fase política abierta en Euskal Herria».

Los mandatarios españoles no hcieron valoración alguna tras el dictamen del Tribunal de Apelación de Agen.

Este ataque ha vuelto a poner de manifiesto la oposición social mayoritaria a la euroorden en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. Partidos, sindicatos y colectivos sociales han confluido de nuevo en la calle para reclamar que Dergi no fuera entregado al Estado español.

Esta dinámica se ha plasmado en dos movilizaciones notables este último mes: el 16 de julio en Baiona y este pasado lunes en Donibane-Garazi.

A todo ello se le suma la propia lucha de Dergi contra esta situación. Nada más ingresar en prisión emprendió una huelga de hambre que mantuvo hasta que quedó libre. Y tras pasar por los tribunales había dejado clara su intención de defenderse contra la euroorden «utilizando mi cuerpo». En el año 2000, en la protesta del Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK), Dergi estuvo al borde de la muerte al sumar 63 días sin comer.