GARA > Idatzia > Kirolak> Txirrindularitza

Vuelta 2011 La alta montaña llegará el martes con el final en Sierra Nevada

Cuando lo político se impone a lo deportivo

La importancia que el PP, PSOE y Unipublic han dado al regreso de la prueba a las carreteras vascas ha motivado que se adelanten las etapas más decisivas.

p027_f01_97x144.jpg

Joseba ITURRIA

La Vuelta arranca esta tarde en Benidorm con una contrarreloj por equipos de 13,5 kilómetros que da inicio a un recorrido condicionado porque lo político se ha impuesto a lo deportivo. La importancia que PSOE, PP y Unipublic han dado al regreso de la prueba a Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, por donde no circulaba desde los incidentes registrados en el final de 1978 en Donostia, ha motivado que las etapas más decisivas se concentren en las dos primeras semanas y que para la última sólo quede la llegada a Peña Cabarga y las dos etapas vascas para darles mayor importancia simbólica en detrimento de criterios deportivos.

Habrá que remontarse muchos años para encontrar una grande que no presente una crono o un final en alto en sus últimos cuatro días. Es una demostración de la anormalidad a la que se ha querido dar forma de normalidad. PP y PSOE se marcaron como objetivo desde su acceso al Ejecutivo de Lakua traer la Vuelta para transmitir la normalidad que no existe desde el momento en que gobiernan en mayoría pese a ser clara minoría en las urnas gracias a la ilegalización de una fuerza que ha sumado más de 300.000 votos en las últimas elecciones.

Esta decisión política se suma a la del PSN y UPN de pedir que el próximo año la Vuelta salga desde Iruñea 18 años después de que la prueba viviera allí su último final de etapa en 1994, cuando se registró un sabotaje al ser incendiadas seis motos enlaces de Unipublic, empresa organizadora de la ronda española.

En un momento en el que todas las instituciones vascas sufren graves problemas económicos, PNV y PP han decidido destinar 150.000 euros de los presupuestos de Lakua para los finales de etapa de Bilbo y Gasteiz, objetivo para el que han contado con la colaboración del PNV, que apoya esta iniciativa para que entre los dos ayuntamientos abonen otros 230.000 euros a Unipublic. Mayor será el coste para que la Vuelta salga de Iruñea el próximo año, cuyo presupuesto es de 1,3 millones.

Es el coste económico de una decisión política que ya ha tenido una respuesta de partidos y colectivos vascos que llaman a demostrar que el 9 de setiembre la Vuelta sale al extranjero. Algo normal en el ciclismo actual.

Holanda es la nación que más salidas de grandes ha acogido en los últimos años y Euskal Herria vivió con normalidad el inicio del Tour de 1992 desde Donostia o la llegada a Iruñea en 1996. Dentro de esa normalidad deportiva, todos los actos se centrarán en protestar contra una decisión política desde un respeto total a los ciclistas y al desarrollo de unas etapas en las que la afición vasca sueña con ver a Igor Antón en sus carreteras como virtual ganador.

Una Vuelta para escaladores

Porque la Vuelta está llamada a decidirse antes que nunca. Ya para la cuarta etapa el martes espera la etapa con más desnivel de toda la edición, que acabará en Sierra Nevada tras una subida de 23 kilómetros y 1.322 metros de desnivel. Antes se subirá otro puerto de más de 2.000 metros de altitud, Filabres, 21 kilómetros de subida con 1.050 metros de desnivel.

Es una etapa lo suficientemente dura para obligar a todos los favoritos a llegar bien a la salida y para hacer una gran selección. Al día siguiente también llega un final exigente con dos subidas al alto de Valdepeñas, de Segunda, y una llegada en un repecho con una pared al 27% a 500 metros de la meta, la misma en la que Igor Antón ganó y demostró que era el más fuerte en la pasada edición.

Será un final similar al de la octava etapa en San Lorenzo del Escorial, con rampas de hasta el 28% tras subir un Primera, Mijares, de 20 kilómetros de subida y 1.000 metros de desnivel. Al día siguiente llega el final de La Covatilla, 18,2 kilómetros, la segunda mitad con varios con porcentajes superiores al 10%.

Luego esperan los 47 kilómetros de la crono de Salamanca, que marcará las primeras grandes diferencias, y el final en alto en La Manzaneda, 19 kilómetros y 1.136 metros de desnivel. Es la tónica de las etapas de montaña. Ninguna tiene más de dos puertos de entidad. Unas se limitan a la subida final y otras, como las dos asturianas, presentan las cimas de San Lorenzo y el Cordal poco antes de abordar las llegadas a La Farrapona y a la terrible pared del Angliru.

Son las dos etapas llamadas a decidir la carrera siete días antes de su final, aunque después quedará la última llegada en alto en Peña Cabarga. Luego se disputarán cuatro etapas que a priori no parecen llamadas a decidir. Lo normal en una grande es reservar para los últimos días jornadas con un gran interés deportivo, pero este año la política está por encima del deporte y ni la doble subida a El Vivero en la etapa de Bilbo ni la de Urkiola a 46 kilómetros de la de Gasteiz invitan a pensar en diferencias.

LA ÚLTIMA SEMANA

El sexto y último final en alto está situado cinco días antes del final de la Vuelta. Habrá que remontarse muchos años para encontrar una grande que no presentara un final en alto o una crono en las cuatro últimas etapas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo