La revuelta sigue firme contra el régimen sirio, que replica a EEUU
Un día después de que EEUU y sus aliados europeos pidieran la renuncia de Bashar al-Assad, miles de opositores al régimen volvieron a salir un viernes más a las calles de las ciudades convertidas en foco de las protestas, en las que la represión dejó al menos veinte muertos. Damasco acusó a Washington de lanzar una «guerra humanitaria y diplomática».GARA |
Miles de ciudadanos volvieron a desafiar al régimen sirio y se echaron a las calles para reclamar la renuncia del presidente, Bashar al-Assad, como la víspera hicieron EEUU, Gran Bretaña, Estado francés, Alemania y la Unión Europea, y un viernes más las fuerzas de seguridad reprimieron las protestas, dejando un saldo de una veintena de muertos dos días después de que el mandatario sirio asegurara al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que las operaciones militares y policiales habían terminado.
El embajador de Siria en la ONU, Bashar Jaafari, confirmó que «ya es un hecho sobre el terreno» el fin de las operaciones y acusó a EEUU y a otros miembros del Consejo de Seguridad de lanzar una «guerra humanitaria y diplomática» contra su país.
La mayoría de las víctimas, dieciocho, se produjeron, según activistas locales, en la provincia de Deraa, donde comenzaron las protestas contra el régimen a mediados de marzo. Ocho personas murieron en Ghabaghab -dos de ellos menores de edad-, cinco en Hirak, cuatro en Injil y una en Nawa.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, por su parte, informó de dos muertos en el distrito Bab Amro, en Homs.
La televisión siria señaló que las muertes de Ghabaghab fueron obra de «hombres armados» que atacaron un puesto policial.
El Gobierno ruso rechazó ayer sumarse a EEUU y sus aliados europeos en su petición de dimisión de Al-Assad al estimar que el régimen necesita más tiempo para sacar adelante las reformas anunciadas. Moscú dijo que Damasco ha avanzado bastante en el camino de la democratización y volvió a insistir en la necesidad de impulsar el diálogo en Siria.
Por contra, los Veintisiete acordaron endurecer las sanciones contra Damasco y seguir estudiando nuevas medidas, entre las que se baraja un embargo a las importaciones de crudo. Si las sanciones adoptadas por EEUU tienen poco efecto en Siria, ya que apenas existen relaciones comerciales, no sucede lo mismo en el caso de Europa, que compra el 95% del petróleo exportado por Siria, lo que le supone la tercera parte de sus ingresos.
Ayer, los medios sirios arremetieron contra EEUU y se preguntaban si la Casa Blanca, que «ha perdido toda la legitimidad ante su pueblo, tiene legitimidad para hablar en nombre del pueblo sirio e intervenir en sus asuntos internos».
El equipo estadounidense encargado de controlar las actividades financieras de los Al-Assad y su entorno podría sancionar al primer ministro libanés, Najb Mikati, por sus supuestos lazos económicos con el mandatario sirio.