CRíTICA Música
Guridi frente a Beethoven
Mikel CHAMIZO
El “Cuarteto de cuerda” nº 2 de Guridi es una obra densa y con múltiples facetas. Lo mismo presenta tintes ligeramente heróicos en su primer movimiento, melancolía en su precioso Adagio, o un marcado sentido del humor en el Prestissimo. También es amplio el abanico de recursos que emplea el compositor, desde melodías folclóricas a desarrollos contrapuntísticos de gran complejidad. El Cuarteto Quiroga, que incursionaba por primera vez en esta partitura, hizo una lectura muy correcta, de marcado lirismo y contundencia sonora, pero le faltó quizá dibujar un poco mejor todos esos estados de ánimo por los que atraviesa Guridi en este cuarteto, y especialmente el lado más irónico. Los momentos más íntimos funcionaron mejor, como el Adagio sostenido, bellamente expresado.
A Guridi le siguió el primero de los cuartetos 'Razumovski' de Beethoven. ¡Casi nada! Pero Guridi aguantó perfectamente el tipo ante el gigante alemán, no en vano el vitoriano está incluído por algunos musicólogos en la trinidad de los mejores compositores estatales del Siglo XX. Además, el Beethoven, no sé si intencionadamente o por tratarse de una peculiaridad del Cuarteto Quiroga, fue interpretado con unas formas, a menudo, análogas al Guridi. Hubo calidad camerística y grandes momentos, pero el Quiroga pareció poco flexible a la hora de perfilar mejor los estilos de cada compositor. Aunque en el bis, una obra de gran impacto del siciliano Giovanni Sollima, sí que se transformaron completamente.