Los presidentes de BBK, Mario Fernández; de Kutxa, Xabier Iturbe; y Carlos Zapatero, de Vital han cavado la tumba de las cajas de ahorros vascas, que en 1990 se fusionaron por herrialdes, y, a la vez, han dado la espalda a las organizaciones sociales, sindicales y políticas que reclaman el mantenimiento del modelo social y público. Han hecho oídos sordos a esas demandas, según se extrae de los informes que han presentado de cara a las próximas asambleas el 16 de setiembre (BBK y Vital) y el 23 de setiembre (Kutxa) para ratificar o no el proceso de bancarización de las cajas, es decir la desaparición de un símbolo de decenas de años de actividad financiera próxima a los ciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas. En la Unión Europea son parte activa del entramado financiero, sobre todo, en Alemania y el Estado francés. Aunque los responsables de las cajas y algunos medios de comunicación han tratado de confundir a la sociedad indicando que la decisión es una fusión de las cajas, la realidad no es así.

En el «Contrato de Integración», firmado por los tres presidentes de las cajas y el presidente del banco, Ignacio Sánchez-Asiain, se reconoce que «se segrega el negocio financiero de cada caja a favor del banco» y las cajas se quedarán, por el momento, sólo con «el control de la obra social» y por un plazo garantizado de sólo «tres años». Todas y las peores perspectivas sociales se confirman. El banco de las cajas vascas competirá directamente con BBVA, Caixabank o Santander, que tienen en Hego Euskal Herria una importante clientela.

El peso de BBK se refuerza en este proceso. De hecho, el nombre oficial del banco, que fue constituido el pasado 14 de junio, es Banco Bilbao Bizkaia Kutxa (BBBK), aunque el nombre comercial será Kutxa Bank. Ha ganado una «b» y el control sin precedentes del mismo sobre Kutxa y Vital. Según los datos del «experto independiente», la consultora KPMG, el valor neto contable de BBK asciende a 3.223,1 millones; el de Kutxa, 1.640,6 millones; y, el de Vital llega a los 551 millones. Esta situación patrimonial supone, a juicio de la consultora, un reparto accionarial del 57% para BBK; 32% para Kutxa y un 11% para Vital, según los datos de diciembre de 2010. KPMG reconoce que «no hemos realizado ninguna verificación independiente, auditoria, due diligence, revisión o evaluación de la situación contable, fiscal, legal, laboral, medioambiental del Patrimonio segregado de cada una de las cajas».

Cambios en cinco meses

Sin embargo, manifiesta que «la inestabilidad de los mercados y el sector financiero» podría llevar a modificaciones, que en el caso de las tres cajas vascas no se han producido. Cinco meses después de esos cálculos, la situación patrimonial de las tres ha variado de manera importante como reconoce la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). A datos de mayo de este año, antes de que se formalizase el nuevo banco ante un notario, el peso de las tres cajas ha variado: BBK tendría en este momento el 52,53%; Kutxa ascendería al 35,43% y Vital, subiría un punto hasta el 12,02%. Aunque, por otro lado, BBK Bank Caja Sur, que se encuentra incorporada dentro de las filiales de la operación, cuenta con un patrimonio neto de 828,8 millones, un poco más que Caja Vital. Así, el patrimonio neto de las cajas vascas ha pasado de 5.414,8 millones a 6.540,5 millones de diciembre a mayo de este año, lo que modifica el peso de cada una de ellas.

«Negocio de banca»

El objeto social del BBBK (Banco Bilbao Bizkaia Kutxa SA) será «la realización de toda clase de actividades, operaciones y servicios propios del negocio de banca, en general». El domicilio social estará en Bilbo y el capital social del banco asciende a 1.140 millones. Entre la documentación se reconoce que el banco puede vender acciones por un «valor no superior al 50% del capital social desembolsado en cada momento». Sin embargo, en el texto de la escritura se afirma que pueden producirse ventas de capital, aunque requerirán «el voto favorable del 59% de los accionistas presentes o representados».

Este paso de que el capital ajeno a las tres cajas no supere el 50% se debe a que la legislación obliga a que si ocurre de esa manera, las cajas deben disolverse y la obra social pasaría a fundaciones privadas. En el caso de Kutxa Bank se utiliza esa estrategia para aparentar la ligazón de las cajas vascas con la obra social.

Mario Fernández, Xabier Iturbe y Carlos Zapatero justifican la decisión que han adoptado para transformar las cajas en un banco «porque estamos abocados a un proceso de concentración» por «razones de eficiencia y de mantenimiento de la rentabilidad en un mercado maduro, y también por motivos de solvencia y solidez financiera». Esas pretensiones son un espejismo que han generado, dado que las cajas vascas son las más solventes del sistema financiero español y se encuentran en el ránking de cabeza a nivel europeo. Sin embargo, explican que la creación del banco es necesario para llevar adelante «nuevas estrategias de negocio», cuyo desarrollo sería «más difícil con la configuración de las cajas como entidades independientes». La regulación bancaria española, de todas maneras, mantiene un trato favorable sólo con los bancos que cuenten con una participación significativa en Bolsa y al menos un 20% de inversores privados.

Por lo tanto, buscan «mayor rentabilidad y un mayor tamaño» y eso, evidentemente, supondrá un mayor castigo a los clientes, lo mismo que habrá una entrada sostenida de capital privado para encadenar «esas operaciones de crecimiento» que presentan. Sólo confirman que en cuatro años no se producirá una variación de la composición del capital social de Kutxa Bank.

Otro hecho que figura en la documentación oficial es que el banco destinará un 30% de los beneficios a la Obra Social. Dicen en la escritura firmada ante notario en Bilbo el 30 de junio de este año, que mantienen «la firme voluntad de continuar con las actuaciones que vienen realizando en materia de Obra Social». Y advierten de forma clara y rotunda que durante los «tres primeros años de funcionamiento» del banco se aportará el 30% del beneficio a la obra social. Sin embargo, en este caso hay que tener en cuenta que la normativa oficial obliga a destinar la mitad de los beneficios a reservas, por lo que el destino final a las actuaciones sociales se verá mermado.

Por último, la información que ha remitido BBK a los compromisarios de cara a la asamblea señala que el Consejo de Administración del Banco Bilbao Bizkaia Kutxa, cuenta con Ignacio Sánchez-Asiain como presidente. Francisco Javier García Lurueña, Fernando Irigoyen Zuazola, Juan María Saénz de Buruaga, y Alicia Vivanco González son vocales. Y el secretario no consejero es Manuel Jaramillo Vicario.