Siempre, incluso en verano, hay temas suficientes sobre los que escribir, personajes y acontecimientos que explorar. Aunque sentimos la sensación de que todo está parado, la vida sigue, algo más despacito, pero sigue. Me llegan historias, algo lejanas, que rozan mi interés. Leo que ha muerto Raul Ruiz, un cineasta de esos que poseían una mirada valiente, poco común. Es una pena. El año pasado el chileno visitó Donostia y su «Misterios de Lisboa» mereció la Concha de Plata. Dicen que ha dejado su última película, «La noche de enfrente», finalizada. Le dijo adiós a su última cinta en la sala de montaje, unos días antes de morir, la dejó tras hilar sus imágenes y su relato.

Unos desaparecen y otros, veteranos ya de la industria, parecen seguir haciendo lo que les place. Puede que sea el caso de Terrence Malick, que además de ser el ganador de la Palma de Oro de Cannes del 2011, también recibirá el premio Fipresci. Su película «The Tree of Life» será una de las perlas del festival de cine de Donostia. Y al margen de los festivales vive Spielberg, que continúa creando historias, aparentemente en la sombra, pero dejando su sello ya sea como «homenajeado» o como productor. «Super 8», la película del verano y su última apuesta, parece haber cautivado a la crítica más cinéfila. Dirigida por J.J. Abrams, director de la serie «Perdidos», recupera el corazón y el espíritu aventurero que les faltaban a las superproducciones Hollywoodienses. Precisamente algo de eso necesitamos algunos, un poco de corazón, algo de aventura, un poco más de cine, por favor.