Irrikitaldia, la kalejira sarcástica de los piratas, será hoy la traca final a la Aste Nagusia de Donostia, cuyo programa oficial concluyó anoche. El Ayuntamiento hará balance mañana del desarrollo de estos nueve días, pero desde diversos sectores sociales e incluso políticos ya se admite que han sido unas fiestas de éxito rotundo, tanto en la participación, abrumadora por momentos, como en la pluralidad de la oferta.

La centralidad de La Flamenka, con la que los piratas se han instalado en el Muelle, ha hecho que en la noche donostiarra cada cual tuviera su propuesta, o, por qué no, pudiera disfrutar de varias a la vez. En pocos centenares de metros ha sido posible pasar de mariachis o salsa en el Boulevard a la romería de la Plaza de la Constitución, la verbena o los conciertos del puerto, las txarangas que recorrían la Parte Vieja o los DJs del Kursaal. Todo ello completado con los conciertos de Sagues, que han tenido una afluencia masiva y una propuesta tan plural que iba de Marta Sánchez a Su Ta Gar. Por ejemplo, no menos de 10.000 personas reunió el viernes el concierto de Melendi, que también tuvo su particular guiño en forma de mención cariñosa a los piratas acantonados más allá del monte Urgull.

Desde La Flamenka todavía se quemará hoy un último cartucho festivo. Primero está prevista una comida popular y luego el Irrikitaldi que partirá del Boulevard y llegará a la iglesia de Santa María con sus monólogos, parodias, disfraces, canciones y risas, muchas risas.

Más donostiarras

Las sensaciones mayoritarias son de que las fiestas han reunido a tantos visitantes como siempre pero a más donostiarras -y guipuzcoanos en general- que nunca. El repunte en la participación popular facilita el objetivo que el nuevo Ayuntamiento ya había anunciado para el próximo año antes de empezar esta Aste Nagusia, y que consistía en fomentar la implicación popular en la definición de los actos.

Izagirre ha apuntado que la semana no puede variar mucho en su oferta para los visitantes, pero sí en las propuestas para los donostiarras. El nuevo alcalde, por cierto, ha tenido una presencia constante pero discreta durante toda esta semana: bertsolaris, abordaje, concurso de tortillas, pelota...

También se destaca unánimente la ausencia de incidentes, así como la menor presencia policial. El Departamento de Interior de Lakua hizo variar el recorrido de la manifestación por los derechos civiles del primer día y también la de la kalejira de Etxerat del viernes, pero sin restar ni participación ni impacto a las mismas, que concluyeron sin más problemas.

Aviso en Ilunbe

En cuanto a las corridas de Ilunbe, por primera vez fuera del programa festivo oficial, el cronista de la agencia Efe, Juan Miguel Núñez, instaba ayer a los taurinos a «espabilar» y «no ponerse la venda antes que la herida» en relación a los rumores sobre la actitud del Ayuntamiento de Bildu.

Para Núñez, la feria ha tenido sobre todo otros problemas propios: «No funcionaron la mayoría de las ganaderías, y tampoco los toreros anduvieron muy allá. Como si se oliera de antemano lo que iba a resultar, el público no respondió -sólo un día se superó la media entrada en los tendidos- y ése vuelve a ser un nuevo y muy serio aviso a la empresa».