El Ejército turco confirmó ayer que sus Fuerzas Aéreas bombardearon el viernes, por tercer día consecutivo, las supuestas posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en las montañas de Kurdistán Sur, en territorio de Irak.

Los bombardeos se iniciaron el miércoles por la noche, tras la muerte de nueve soldados turcos y continuaron los dos días posteriores, según el comunicado difundido ayer por el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas en su página web.

En el tercer día de bombardeos, los cazas turcos atacaron,según el Ejército, «veinte grupos de objetivos» en Qandil -la cordillera en la frontera que separa el sur y el este de Kurdistán y que alberga el mando central de la organización guerrillera kurda- y los campos de Sinath-Haftanin, Hakurk y Gara, en la frontera que turco-iraquí que divide el norte y el sur de Kurdistán.

El ataque aéreo fue acompañado de fuego de artillería pesada desde el lado turco de la frontera a «85 objetivos» en las zonas de Zap, Avasin-Basyan y Hakurk, con el objetivo de impedir una reacción de los combatientes del PKK, que según las autoridades de Ankara utilizan la zona montañosa y la porosa frontera turco-iraquí para infiltrarse en Turquía.

El Ejército informó también de que está tratando de averiguar la magnitud de los daños y las eventuales bajas causadas al PKK, sin que por el momento se haya dado a conocer el balance de esta ofensiva militar.

En el pasado, Turquía ha realizado más de 25 operaciones transfronterizas contra el PKK. La más importante tuvo lugar en enero de 2008, cuando 10.000 efectivos turcos se adentraron diez kilómetros en territorio de Kurdistán Sur y entabló fuertes combates con la guerrilla kurda.

Cuatro guerrilleros muertos

Por otro lado, el ministerio turco de Interior informó ayer de la muerte de cuatro guerrilleros kurdos del PKK en las últimas 48 horas en combates que tuvieron lugar en las provincias de Hakkari y Siirt, en Kurdistán Norte, donde se han ampliado las operaciones militares en las zonas rurales.

Desde julio, los ataques atribuidos por las autoridades turcas al PKK han costado la vida a más de cuarenta soldados y policías, por lo que el Gobierno de Ankara ha optado por endurecer aún más su actitud en relación al conflicto kurdo. El jueves, el Gobierno turco y el Estado Mayor del Ejército acordaron en el Consejo Nacional de Seguridad adoptar «una estrategia más decisiva y efectiva contra el terrorismo».