El líder de Corea del Norte, Kim Jong-Il, que raras veces se desplaza al extranjero, llegó ayer a bordo de su tren blindado a Rusia, en su primera visita desde 2002. Allí tenía previsto reunirse con el presidente ruso, Dmitri Medvedev, y con el primer ministro, Vladimir Putin, y viajar a la inhóspita región siberiana, donde nació en 1942.

El tren de Kim Jong-Il, que tiene un miedo atroz a volar, cruzó por la mañana la frontera de apenas 20 kilómetros que separa ambos países. Fue recibido por el gobernador regional y representante del Kremlin en el lejano oriente

Fuentes diplomáticas informaron al diario digital «Gazeta.ru» que Medvedev se reunirá con Kim el martes en Ulán-Udé, capital de la república siberiana de Buriatia.