El fenómeno desencadenado por «Vacaciones de ferragosto» se debió a que la cartelera comercial está copada por películas destinadas al público joven, siendo la única alternativa a la hora de mostrar en pantalla la realidad de la gente mayor. Coincidió en el tiempo con la repercusión internacional de «Gomorra», película de muy superior presupuesto que Giovanni Di Gregorio había escrito para Matteo Garrone, quien agradecido le produjo su ópera prima, la cual costó la ridícula cantidad de 500.000 euros. Pese a un planteamiento tan humilde se coló entre las películas más taquilleras y ha hecho posible la continuidad de Giovanni Di Gregorio como autor cinematográfico.

En «Giovanni e le donne», Di Gregorio sigue tirando del hilo autobiográfico, sin abandonar su barrio romano de Trastevere. Es el ambiente realista que le inspira sus comedias de costumbres, siempre marcadas por la tan italiana y emblemática figura de la mamma.

Antes de dedicarse exclusivamente al cuidado de su anciana madre, tal como contaba en «Vacaciones de ferragosto», Di Gregorio se ocupó de su propia familia, ya que estuvo casado y fue padre. Y es así como lo vemos ahora, con una esposa que le ignora y una hija que se compadece de él. Se acaba de jubilar, así que su pensión no le da para mucho, pero su madre no renuncia a una vida de lujo y le obliga a atender sus caprichos como buen hijo.

Agobiado por las obligaciones familiares para con las mujeres, Giovanni envidia a su amigo Alfonso, quien le recuerda que existen otro tipo de relaciones con el sexo opuesto. Es entonces cuando empieza a considerar la posibilidad de vivir algún tipo de aventura amorosa fuera del matrimonio, que le haga recuperar el tiempo perdido.