El debutante Vicente Villanueva quiere darse a conocer con una comedia romántica original, que no caiga en los tópicos del género en pos del consabido final feliz. Para ello utiliza un enunciado contradictorio, un poco al estilo de lo que en su día planteaba «¿Por qué lo llaman amor si quieren decir sexo?». Quiere esto decir que intenta contrarrestar los habituales esquemas de ficción en torno al enamoramiento con la realidad de las dificultades de la convivencia en pareja. No obstante, se agarra la coyuntura de producción dependiente de la televisión, al completar el reparto con conocidos rostros de las series juveniles de la pequeña pantalla, con Adriana Ugarte y Hugo Silva como estrellas de la función.

Ella es la chica en apuros y él uno de los tres bomberos que la rescatan de un ascensor que se queda bloqueado, por lo que la protagonista deberá elegirle entre otros dos candidatos más, no sin antes despejar un montón de dudas. En un principio la decisión parece la acertada, aunque no tardarán en surgir los problemas derivados del emparejamiento, con los consiguientes miedos a perder la libertad individual sintiéndose atados para siempre.