El impacto internacional de la película sueca «Snabba cash» ha sido tal que en Hollywood ya preparan un remake en inglés, del que se comenta que podría estar protagonizado por Zac Efron. Por su parte, al realizador de origen chileno Daniel Espinosa también le ha salido un contrato en Estados Unidos, donde dirigirá a Denzel Washington y Ryan Reynolds en «Safe House».

No obstante, conviene aclarar que «Snabba cash» es una película muy europea, influenciada por el estilo documentalista de títulos recientes como «Gomorra» o «Un profeta». Muestra la cara más dura y real de la delincuencia, con actores no profesionales que interpretan a los miembros de las mafias de las distintas nacionalidades. Es por ello que se hace necesario ver la versión original, ya que de lo contrario la confusión entre los distintos grupos étnicos enfrentados puede adquirir la dimensión de una auténtica Torre de Babel.

A pesar del constante fuego cruzado entre las bandas de diferentes procedencias (albanesas, árabes, latinas o serbias), el relato se puede seguir sin problemas gracias al triple protagonismo de un sueco, un chileno y un serbio que actúan a modo de guías a través de un mapa urbano de Estocolmo controlado por los diversos clanes.

Aunque el chileno es el primero en aparecer en el prólogo que describe su fuga de la cárcel, quien adquiere mayor relieve es el sueco, siendo el encargado de cerrar la narración con su ingreso en prisión, epílogo que sirve para conferir un sentido circular a la película.

El nativo Joel Kinnaman encarna a un joven y ambicioso universitario, el cual no dispone del suficiente poder adquisitivo para alternar con la alta sociedad sueca. Para mantenerse dentro de ese exigente círculo de amistades deberá alternar con verdaderos criminales y participar con ellos en negocios ilegales, siendo el encargado de blanquear el dinero e incluso comprar un banco para hacer circular el dinero del narcotráfico.