El primer ministro indio, Manmohan Singh, lanzó ayer un llamamiento al activista Anna Hazare a cesar en su huelga de hambre, alabando su «idealismo» y asegurándole de que sus peticiones serían consideradas por el Parlamento.

«Respeto su idealismo, y lo respeto como persona, se convirtió en la encarnación de la preocupación y el disgusto de nuestro pueblo con respecto a la corrupción» dijo Singh durante un discurso televisado en el Parlamento, que tuvo un giro inusual personal. «Su vida es demasiado preciada, por eso le presionó para que ponga fin a su ayuno», añadió.

Este cambio en el tono del primer ministro, quien describió al principio la campaña del activista de «ilegítima» amparándose en la «competencia exclusiva» del Parlamento en materia legislativa, subrayó que la voluntad del gobierno es alcanzar una rápida salida a la crisis.

Después de obtener el apoyo de todo el espectro político con representación parlamentaria, que hizon una llamamiento unánime para que el activista, de 74 años de edad, detenga la huelga de hambre que comenzó el 16 de agosto, el primer Ministro pidió a todos los miembros de la Cámara que se unieran a su petición.

Pero Hazare no parece dispuesto a ceder, pese a que cada vez son más quienes critican sus métodos. El Gobierno ha hecho algunas concesiones en el proyecto de ley anticorrupción que ha presentado, que, según Hazare, es demasiado tímido, pero las negociaciones concluyeron el pasado miércoles sin ningún avance.

Las solicitudes de Anna Hazare, que perdió 6,5 kg desde que comenzó la huelga de hambre, se resumen en un proyecto de ley, el Bill Lokpal, cuyo objetivo es crear el puesto de defensor del pueblo, cuya función es supervisar los políticos y los funcionarios del gobierno. Hazare exige un refuerzo de las disposiciones en el texto para que el mediador también puede investigar el primer ministro y los jueces de alto nivel en casos de presunta corrupción.