Tajonar es uno de los grandes orgullos, si no el mayor, de Osasuna. También una de sus inversiones más rentables, habida cuenta de los euros que ha supuesto, tanto de manera directa por la venta de jugadores, como por la aportación de éstos a la consecución de objetivos por parte de la primera plantilla.

Sin embargo, la presencia de jugadores de la cantera en el equipo ha perdido cierto peso en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, a José Antonio Camacho se le criticó a menudo por su falta de confianza en los jóvenes rojillos, aunque su pecado -a ojos del técnico murciano, con clara preferencia por jugadores muy veteranos-, tenía bastante más que ver con la edad que con la preferencia.

La llegada de Mendilibar al banquillo pareció ensanchar de nuevo el camino entre Tajonar y el Sadar, pero lo cierto es que la aportación de la casa sigue con una tendencia menguante.

Este mismo verano, buena parte de las bajas -definitivas, o con fecha de retorno- tenían label cien por cien rojillo. Josetxo Romero, tras dos décadas en el club, se despedía para poner su experiencia al servicio del Huesca. El mismo camino que ha recorrido Jokin Esparza, que la semana pasada fichaba por el club maño, donde ya había estado cedido, aunque Osasuna se guarda una opción gratuita de recompra para el próximo verano.

Equilibrio este verano

En latitudes bastante más cálidas se mueve Natxo Monreal, que ha contribuído al buen estado de las cuentas osasunistas con su traspaso al Málaga. Las cesiones han llevado a Oier Sanjurjo al Celta, y a Jorge Galán al Kilmarnock, sin olvidar que Natxo Zabal y Ekhi Senar también se foguearán esta temporada en Numancia y Huesca.

Con todo, ha habido suficientes movimientos a lo largo del verano como para que la balanza se haya reequilibrado en cierta medida. El regreso de Raúl García, aún en calidad de cedido; la confianza que ha depositado Mendilibar en David Timor o, sobre todo, Xavier Annunziata; las buenas perspectivas de Jon Etxaide -frustradas por su grave lesión- tras su regreso de su cesión en esa suerte de filial rojillo en que se ha convertido el Huesca; o, incluso, la renovación de Kike Sola tras el papel que desempeñó en la recta final de la pasada temporada... Jugadores que se unen a Flaño y Puñal -además del tercer portero Andrés Fernández-, con quienes Tajonar vuelve a reclamar su cuota de protagonismo.

Pese a ello, la recta final de esta pretemporada alargada por la huelga de futbolistas puede recuperar la tendencia menguante. Por una circunstancia realmente desafortunada, en el caso de Jon Etxaide. Un choque fortuito durante el entrenamiento del miércoles se tradujo en una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda del defensa navarro, que en la tarde de ayer pasó por el quirófano y se perderá buena parte de la temporada.

No hay que descartar, incluso, que el club opte por no darle de alta federativa o, también, realizar un último fichaje que, si no puede, como Etxaide, actuar en ambas bandas, cubra al menos las espaldas de Jukka Raitala en el lateral zurdo.

De aquí al próximo 31 de agosto, la presencia de Tajonar puede perder aún más peso si Rúper hace las maletas. La rumorología, al menos, apunta a que el club iruindarra tiene la intención de renovar al centrocampista de Ayegi -que la pasada temporada, marcada por una lesión idéntica a la de Etxaide, apenas disputó un puñado de minutos- para cederle después.

Una marcha que, por cierto, en caso de producirse podría unirse a la de Krisztian Vádocz, igualmente por confirmar. Lo que se reduciría considerablemente en ese caso es, pese a la llegada de Raúl García, la presencia de medios centros en la plantilla. Pero ése es otro tema.