Segunda Semifinal del Torneo de Bilbo
Espectáculo del anfitrión
Berasaluze VIII y Begino lograron el pase a la final con un gran encuentro y un tanto final extraordinario.
BERASALUZE-BEGINO 22
IRUJO-LASKURAIN 14
GARA | BILBO
El Torneo Astenagusia de Bilbo ya conoce la segunda pareja finalista. Se trata de la dupla formada por Pablo Berasaluze y Aritz Begino, que hicieron los deberes de manera extraordinaria ante Juan Martínez de Irujo y Aritz Laskurain para volver a recordar aquel dúo que tanto maravilló en el verano de 2009.
No podía ser para menos en el retorno de la pelota profesional a Bilbo en la época estival. El único pelotari vizcaino, Berasaluze VIII, no podía faltar a la cita de mañana y, gracias al acierto del delantero de Berriz, los colorados firmaron un espléndido encuentro ante los recientes vencedores en Donostia.
Fueron por delante en el marcador durante todo el partido. El dúo de Aspe siguió de cerca a los de Asegarce en el primer tramo de la semifinal, pero en la segunda mitad Berasaluze y Begino dominaron de cabo a rabo un choque que duró una hora exacta, tuvo 497 pelotazos y, de manera curiosa, tuvo dos faltas de saque, una de cada delantero.
Pequeños piques y rifirrafes
A pesar de esos errores con la jugada inicial, los espectadores disfrutaron de un buen partido. Los remates en los cuadros alegres deleitaron a los cerca de 1.600 aficionados que ocuparon las gradas del recinto bilbaino.
En ese duelo de delanteros, fue Berasaluze el que mejor manejó los tiempos. Irujo, por su parte, erró más de lo habitual, y eso le llevó a alterarse en alguna que otra jugada aislada. Como en el 13-8, cuando protestó un tanto de los colorados porque el juez le señaló dos botes en la alcanzada a un gancho que había lanzado Berasaluze. Y poco después, un pequeño rifirrafe entre Irujo y Pablo encendía los ánimos de la grada. Ninguna de las dos acciones pasó a mayores.
En un visto y no visto, el luminoso se fue hasta el 21-14. En ese momento, Begino lanzó un cañonazo al nueve y medio, Laskurain pudo restar como pudo y Pablo paraba la pelota como los ángeles. El frontón vizcaino se vino arriba. No era para menos. El anfitrión del torneo estival bilbaino alcanzaba la final.