Nuevo examen en San Mamés
A confirmar las buenas sensaciones
El Rayo Vallecano llega a la Catedral como una víctima propicia para los rojiblancos, inmerso en graves problemas financieros, con numerosas caras nuevas, sin apenas tiempo para conjuntarse, y no podrá contar con sus dos últimos fichajes Raúl Tamudo y Pacheco.
Joseba VIVANCO | BILBO
ATHLETIC - RAYO
El delantero rojiblanco Fernando Llorente celebraba tras conocer la suspensión de la huelga de futbolistas que «el primer partido de Liga pueda ser en casa ante el Rayo; el partido del Madrid se jugará más adelante y la verdad es que nos viene bien, era un partido muy complicado y empezar perdiendo no gusta a nadie». Palabras realistas, que cualquier aficionado asumiría, pero que para nada van en la línea de ese Marcelo Bielsa ganador que hace unos días preguntaba «por qué no podemos ganar en el Bernabéu».
Lo cierto es que entre la amplia familia zurigorri hay una extendida sensación de que si el equipo hace las cosas como contra el Trabzonspor en San Mamés y sus jugadores afinan la puntería, el Rayo Vallecano no saldrá vivo de la Catedral. Al menos, las estadísticas están de su parte: 9 victorias para el Athletic, 2 empates y una victoria del Rayo, ésta hace una década.
Con Aste Nagusia apurando las horas, la cita de esta tarde puede ser un anticipo de la quema de Marijaia si el Athletic corrobora todas esas buenas corazonadas. Para el equipo y el técnico argentino es un nuevo examen, tras el extraño partido contra los turcos. Una prueba ante su público que puede significar la vuelta de Iraola al carril derecho -si no prefiere reservarle y dar continuidad a Gurpegi-, y la presencia de Susaeta por Gabilondo en la banda izquierda. Y sobre sus intenciones, probablemente no haya no ya aficionado, sino equipo de Primera que no sepa cuál va a ser la propuesta de juego de los leones esta campaña.
Enfrente se encontrará un recién ascendido, el equipo de Vallecas, que llega con muchas incorporaciones y por tanto sin tiempo para haberse conjuntado. Lo que sí ha hecho con rapidez esta semana es fortalecer su zona más frágil, como era la delantera. Acaba de cerrar el fichaje por un año de un hombre de gol como el ex-realista Raúl Tamudo, que compartirá temporada con una joven promesa, el centrocampista Dani Pacheco, internacional sub´20 y que llega cedido del Liverpool, vía Atlético de Madrid. Eso sí, ninguno de los dos estará esta tarde en San Mamés, como tampoco estará el brasileño Sueliton, por lo que Sandoval ha traído a Bilbo al joven canterano Lass Bangoura.
El club vallecano, inmerso en serios problemas financieros -su web oficial no recoge siquiera quiénes componen la plantilla-, ha fichado mucho este verano, hasta nueve caras nuevas, aunque todo a coste cero. Al Teresa Rivero han llegado jugadores como el central de la Real Mikel Labaka, que se ha sumado a las incorporaciones del lateral brasileño Sueliton Pereira; el defensor Jordi Figueras, que vuelve de su cesión en el Rubín Kazán; el joven defensa Botelho, forjado en la cantera del Arsenal; otro joven atacante formado en el Atlético, Perea; y los ex-celtiñas Michu y el veterano Roberto Trashorras.
Junto a ellos, su técnico José Ramón Sandoval cuenta con nombres conocidos como el montenegrino Andrija Delibasic, sin olvidar al vasco Néstor Susaeta. Muchas llegadas que seguramente han dificultado la compenetración de los jugadores para afrontar este exigente arranque liguero en San Mamés.
Bielsa no se fía
A pesar de esa confianza que se respira en el ambiente, Marcelo Bielsa, que convocó a 19 jugadores para esta tarde, entre ellos al joven Ramalho, quiso ser cauto en las horas previas al choque ante el Rayo. «En pretemporada hemos jugado partidos de esas características y no nos ha ido bien precisamente, por lo que hay suficientes antecedentes para que descartemos cualquier presunción previa de facilidad».
Preguntado por si la suspensión de los partidos ante el Real Madrid y la vuelta ante el Trabzonspor han supuesto un contratiempo en su hoja de ruta, el técnico destacó que no ha sido para nada un lastre, pero que no celebra ni se entristece por cosas que él no controla. «Eso sí, estábamos preparados para los dos partidos», aseguró.
Pocos conocen el dato, pero en la temporada 93-94, la delantera del Rayo Vallecano se nutría de un goleador de renombre, el mexicano Hugo Sánchez, que recalaba de nuevo en la capital madrileña procedente del Atlante de su país y tras brillar en el Real Madrid. Iba a ser su última temporada en la Liga española. Y en su debut liguero con los de Vallecas, su pareja en la delantera en aquel partido en El Sardinero iba a ser un jovencito llamado Ismael Urzaiz, salido de la cantera madridista y recién llegado del Celta de Vigo. Los vallecanos perdieron y ya no volvieron a coincidir juntos hasta casi el final de la temporada, sólo en dos ocasiones más como pareja titular. El manito hizo 16 tantos esa campaña, mientras que el navarro sólo uno, pero fue Urzaiz quien le sustituyó en el último partido del mexicano en la Liga española. Aquella temporada el equipo madrileño descendió a Segunda.
Pero no ha sido Hugo Sánchez el único gran delantero que ha pasado por el Rayo Vallecano; también el austríaco -Bota de Oro- Toni Polster (1992-1993). Pero seguro que muchos recuerdan a Lauri Cunningham -el primer futbolista negro en jugar con la selección inglesa en partido oficial-, que jugó en Vallecas dos temporadas -1986-87 y 1988-89-. Había recalado, sin suerte, en el Real Madrid -fue uno de los pocos blancos que salió ovacionado en el Nou Camp-, y formó dupla atacante en el Rayo con el hermano de Maradona, Hugo. Cunningham murió en accidente de tráfico en 1989; unos años antes, en 1982, dos de sus hijas, de siete y nueve años, y su cuñada, habían sido asesinadas en Londres. J.V.
