Fede de los Ríos
Retorno vacacional
Querido amigo, mientras tú disfrutabas como un enano, esos a los que la mayoría de españoles les votan, aprovechando las vacaciones, han reformado el ya reformado Estatuto de los Trabajadores y la Constitución
Inexorablemente, sin darnos cuenta, nos encontramos ya en los estertores del llamado tiempo de vacacioneo (el de los currantes, ya que existen otros seres, -los que viven a costa de los anteriores-, para los que el hacer lo que les place durante toda su existencia resulta ser su propia adaptación al medio, su hábitat natural. Vamos que pueden hacer que el medio, -tanto paisaje como paisanaje-, se adapte a la voluntad de sus glándulas sexuales.
Pues bien querido y sufrido lector con criterio al que la fortuna ha querido que esos merecidos, aunque escasos días de asueto, transcurran durante el tórrido agosto que nos ocupa. Después de soportar estoicamente el comportamiento de vuestros obedientes y sumisos hijos e hijas en el camping al lado del mar o de la montaña. Tras haber vencido los deseos que emanan de la parte oscura. De no hacer caso de las voces de nuestras cabezas que incitan a enterrar vivos a tus hijos y a los hijos de los que ocupan los bungalows contiguos y que no paran de gritar en ningún momento al tiempo que despliegan un arte inusitado consistente en levantar arena, sea corriendo a tu alrededor o con la puta palita que imbécil de ti compraste en el Eroski (es que estaba en oferta) y repartir todos sus granos, sin perder alguno, entre tu toalla y tu libro de lectura, cuando no salpican de agua salada cual perros lanosos sacudiéndose después del baño. Y no está bien enterrar a un menor en la arena dejando fuera su cabeza y esperar a la marea, o ponerle la palita de remo trasero. Al fin y al cabo son sólo niños y quién no ha sido niño alguna vez.
Después de haber sufrido de manera impertérrita, en el lugar de descanso, la presencia contigua de la viejecita sorda cual mejillón y su deseo de escuchar la radio a la misma hora que tú pretendes echar una cabezada ya que los mosquitos impidieron tu sueño reparador durante la noche. Impropiamente llamados mosquitos-tigre pues sus huellas más que a zarpazos se asemejan a cornadas de Miuras o Cebadas Gago, cornadas con dos o más trayectorias. O emigrantes de Transilvania, de aquellos reacios al ajo y al Sol, que aprovechando la caída de las fronteras han venido a poblar las noches vacacionales.
Bien, querido amigo, mientras tú disfrutabas como un enano (al parecer los cortos de estatura gozan más que los espigados), esos a los que la mayoría de españoles les votan en las urnas, aprovechando las vacaciones, han reformado el ya reformado Estatuto de los Trabajadores y la Constitución.
Así la patronal podrá prolongar ad infinitum la concatenación de contratos temporales. El tempus no será fugit sino aeternum, in saecula saeculorum. Contratos de aprendizaje hasta la jubilación. Siempre aprendiendo, nunca aburridos, qué interesante. Lo propio de los humanos.
La sacrosanta constitución, donde se determina la soberanía popular, la cambian al creer Merkel y Sarkozy que eso generará confianza en los mercados, a los que nadie ha visto de desconfiados que son. Así que van a poner freno al despilfarro del endeudamiento para el gasto social.
¡Qué vuelta de vacaciones eh, no os quejaréis!