Mikel PASTOR |

Arquero durante años de la portería local de San Mamés, el txopo es un hombre absolutamente ligado a Bilbo. Zarauztarra de nacimiento, es adoptado, querido y reconocido en la capital vizcaina.

De verbo tranquilo y claro, la leyenda rojiblanca nos cuenta sus recuerdos sobre Aste Nagusia, íntimamente ligados a la edición de 1994, en la que el ex portero fue elegido para desempeñar la función de pregonero.

«La verdad es que siempre las he vivido un poquito de lejos», nos advierte, humilde como siempre. «Como jugador, apenas teníamos opción de participar, porque estábamos inmersos en la pretemporada o en torneos continentales».

Aún así, guarda especial recuerdo del partido de homenaje al socio, celebrado históricamente dentro de Aste Nagusia: «En esos partidos el ambiente era increíble. El público trasladaba la fiesta al campo de fútbol y nosotros lo notábamos», dice el guardameta. «De alguna manera, el aficionado nos hacía un hueco en la fiesta, nos involucraba», recuerda sonriente el arquero.

Con los mágicos guantes y el mítico traje negro con el que se convirtió en ídolo de todos los athletizales en los años 70 «colgados» en casa, Iribar tuvo al fin ocasión de sumergirse en profundidad en Aste Nagusia.

Lo haría además, por todo lo alto, ya que fue designado pregonero para las fiestas de la villa vizcaina. «No me lo podía creer cuando me lo comentaron», indica, antes de recordar «todo el cariño y el calor que me brindaron esa semana fue asombroso, me paraban por la calle cada dos por tres para abrazarme, darme besos o sacarse fotos». Esta claro que José Angel es una de las personas mas queridas en Bilbo.

La experiencia le sirvió para darse cuenta del verdadero significado de las fiestas bilbainas. «Cuando estás metido de lleno te das cuenta de la cantidad de actos, concursos y actividades que se plantean».

En esa actividad frenética en la que se ven envueltos chupinera y pregonero, Iribar encontró la piedra filosofal de estas fiestas tan especiales: «Sin duda alguna, lo que más asombrado te deja es toda esa gente que, desinteresadamente, organiza, gestiona, mueve, participa en las fiestas». Y sentencia: «la participación popular, la implicación de la sociedad, siguen siendo las señas de identidad de estas fiestas».

Después de aquella experiencia, José Angel Iribar intento seguir ligado de alguna manera a Aste Nagusia. Desde entonces, siempre guarda sitio para una visita: «De vez en cuando, me gusta acercarme y pasar un día disfrutando de las fiestas».

Imposible no preguntarle por la evolución de las fiestas y de su exclusivo modelo. Ágil y rápido, como lo era bajo palos, responde: «A pesar de todos los cambios que se han ido dando en nuestra sociedad, este modelo ha sobrevivido y superado todos los escollos». En ese camino, «el papel de las comparsas ha sido muy importante. Han aglutinado la fuerza de los barrios, defendiendo una Aste Nagusia para todos. Definitivamente, la participación popular sigue siendo el motor de todo este jolgorio»

En cuanto a la polémica entre comparsas y Consistorio, Iribar se muestra cauto, diplomático: «La implicación de ambas entidades es fundamental, las dos son importantes». El modelo utilizado hasta la fecha «es el adecuado, como se ha demostrado hasta hace pocos años». Por tanto, aconseja a ambas partes intentar ser «flexibles» manteniendo sus principios, para intentar «llegar a un acuerdo que beneficie a todos». 0Como siempre templado y tranquilo, señas de identidad que, en activo, hicieron de el uno de los mejores porteros de la historia.