REAL UNIÓN 1

EIBAR 2

Dicen que la risa va por barrios, pero al Real Unión todavía no le ha tocado. Y es precisamente la vecindad lo que parece sentarle mal al ambicioso proyecto unionista, porque ha comenzado la temporada con dos derbis guipuzcoanos y otras tantas derrotas. La otra cara de la moneda es, evidentemente, para el Eibar, que ya respira tras llegar como colista al Stadium Gal.

Los azulgranas necesitaban la victoria tanto o más que su rival, tras el 0-3 con el que inauguraron la temporada en Ipurua. Un tanto engañoso, como ya había advertido Roberto Olabe, porque Javier Mandiola no había podido contar en aquel choque con cuatro jugadores titulares. Teóricamente titulares, porque ayer recuperaba a tres de ellos pero sólo uno, Mainz, partió en el once inicial, mientras Aketxe ni siquiera llegó a saltar al campo.

Lo cierto es que, al margen del resultado, los dos equipos ofrecieron una imagen bastante alejada de la que se presupone a dos candidatos al play-off. Y eso que la necesidad hizo que ambos, aunque fuera más una cuestión de actitud que de juego, saltaran muy fuertes al campo. Y fruto de ello, los goles llegaron de inmediato.

Era el Eibar el que estrenaba el marcador a los tres, también con el debut como goleador de Arroyo, que aprovechaba un fallo defensivo. La réplica unionista, cuatro minutos después, también llegó por parte de un debutante, Marc Sellarés, que remataba un centro de Pardo.

La sentencia

A partir de ahí, en un primer tiempo flojo y con bastantes imprecisiones, los dos equipos se alternaron en el dominio del juego. También en las escasas ocasiones, aunque el acierto cayó del lado visitante, con otro fichaje que celebraba su primer partido con gol. Fue Mainz el que anotó, ante la pasividad defensiva blanquinegra, a cinco minutos del descanso. Casi de inmediato, Sellarés veía como le anulaban lo que habría sido el empate por fuera de juego.

La segunda parte fue similar. O peor, porque ni siquiera hubo goles. Aunque sí alguna ocasión clara, pero Xabi se lució ante Brit y Sellarés y Otermin hizo lo propio a remate de Arruabarrena. La recta final se convirtió en un querer y no poder del Real Unión ante un rival bien colocado sobre el terreno de juego.

Antes de centrarse en el próximo envite liguero, complicado en ambos casos -el Real Unión recibe al Alavés y el Eibar al Logroñés-, los dos equipos piensan ahora en la eliminatoria copera del miércoles.

Sendoa

Fue la figura estelar. Cuando peor lo tenía su equipo se inventó una jugada propia de otra categoría. En la segunda parte, confeccionó la jugada del segundo gol albiazul.