Iñaki LEKUONA | Periodista
Imaginación, Libia y paro
Los tiempos de crisis son siempre tiempos de imaginación... y de discursos preelectorales. Nicolas Sarkozy así lo entiende. Y a ocho meses de las presidenciales, cuando ya masca la tragedia, decide sacar la artillería para intentar frenar a un PS aupado en las encuestas. Cree el líder de la UMP que aún tiene tiempo de cambiar la tendencia.
Para ello es imprescindible un cambio de imagen. Primero: Nicolas Sarkozy es retratado como paladín de los derechos humanos, un líder de la democracia sin el que Libia nunca jamás hubiera podido recuperar la libertad. Segundo: ante el mayor enemigo social, el paro, el inquilino del Elíseo se presenta como un general en jefe. Ya sólo falta el discurso vacío que dé un toque de marcialidad: «Lo importante es la tenacidad. Es una palabra clave. No lo hubiéramos conseguido en Libia sin tenacidad. Pondremos la misma tenacidad en el empleo, en la competitividad de Francia. Hay que luchar milímetro a milímetro para finalmente obtener resultados».
Impresionante... si no fuera porque ahora se ha descubierto que el Elíseo autorizó en 2007 la venta al régimen de Gadafi de material tecnológico con el que Trípoli ha podido desde entonces rastrear todas las comunicaciones realizadas a través de la red por los internautas de aquel país, o sea, esa oposición a la que ahora apoya París. Nicolas Sarkozy siempre podrá argumentar que si entonces se permitió esa venta únicamente fue para mantener las tasas de empleo en Francia. A saber qué declarará su predecesor Jacques Chirac, que será juzgado esta semana por crear «empleos ficticios». Todo un crack imaginativo. Diez como él y se acababa el paro, aquí y en Libia.