elecciones en meklenburgo-antepomerania
Enésimo varapalo para Merkel y otro descalabro para su socio liberal
Las urnas les están dando un varapalo tras otro a Angela Merkel y su coalición gubernamental. El domingo volvieron a ser castigados, esta vez en Mecklemburgo-Antepomerania, feudo de la jefa del Gobierno, donde obtuvieron su peor resultado desde la reunificación, hace 20 años. Los partidos del Gobierno de la canciller Merkel, CDU y FDP, han sufrido otro fuerte revés en las elecciones de Mecklenburgo dos semanas antes de los comicios de Berlín. Socialdemócratas y Verdes ganan más terreno mientras el Linke se estanca y los neonazis consolidan su posición en la región rural donde han alcanzado al 33% de los votos.
Ingo NIEBEL Historiador y periodista
La época vacacional ha terminado con malos augurios para la canciller alemana, Angela Merkel, y su bipartito, formado por demócratacristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP).
En las elecciones regionales de Mecklenburgo-Antepomerania, situado entre el mar Báltico y la frontera con Polonia, el comité regional presidido por la jefa de Gobierno ha tenido que aguantar una caída de cinco puntos, hasta quedarse en el 23%. Por el contrario, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) triunfó con un incremento de cinco puntos, rozando casi el 36%.
Gracias a ello, el actual ministro presidente socialdemócrata, Erwin Sellering, seguirá en el cargo y ahora se encuentra en la cómoda situación de poder elegir a su futuro socio de Gobierno. Puede mantener su «gran coalición» con la CDU o reiniciar otra versión del bipartito con el socialista Die Linke (La Izquierda), que obtuvo un punto y medio más que hace un lustro y se sitúa en el 18%.
Esta tercera fuerza política esta dirigida por Helmut Holter, de la denominada «ala reformista» que busca la cooperación política con el SPD y los Verdes. En declaraciones al diario «Neues Deutschland», vinculado económicamente a su partido, fijó como meta política superar el 17% de los votos y añadió que «el Linke es más atractivo para el SPD que la CDU».
Tras conocerse el triunfo socialdemócrata, Sellering no quiso posicionarse y anunció conversaciones tanto con la CDU como con el Linke. Sin embargo, dejó claro que su futuro socio ha de aceptar la línea socialdemócrata. Con estas palabras ha echado leña al fuego que arde en el seno del Linke donde los «reformistas» luchan con los «izquierdistas» por el futuro rumbo ideológico y político marcado por conceptos socialdemócratas, de un lado, y socialistas, de otro. En octubre, el Linke decidirá su programa político.
Aunque los Verdes han entrado por primera vez en la Cámara de Schwerin al sumar más de ocho puntos, el número de escaños obtenidos no es suficiente para formar un Ejecutivo sólido junto al SPD.
El otro golpe para Merkel es que su socio de Gobierno, el FDP, no ha alcanzado, por cuarta vez este año, el 5% requerido para acceder a un Parlamento. En este caso, los liberales no han llegado ni al 3%, lo que supone una pérdida de seis puntos. Para el vicecanciller y ministro de Economía, Philipp Rösler, este resultado significa su primera derrota como presidente del partido.
Una semana antes de las elecciones, el FDP protagonizó un debate sobre el futuro de su ex líder, Guido Westerwelle, ministro de Asuntos Exteriores. Pese a que los medios de comunicación tradicionales hacían campaña para que dejara el cargo por su confusa política respecto a Libia, Rösler y otros cerraban filas en torno a Westerwelle, entre otras cosas porque a él le deben sus actuales cargos. De poco sirve esta lealtad si el electorado piensa que el FDP ya no es necesario para «liberalizar» a la CDU después de que ésta haya dejado de ser conservadora y autoritaria teniendo a Merkel como presidenta.
La falta de posiciones políticas e ideológicas claras ha contribuido a que sólo el 51% de los ciudadanos con derecho a voto hayan acudido a las urnas.
A la sombra de la pugna entre los demás partidos políticos el neonazi NPD ha consolidado su posición en Mecklenburgo. Aunque en el ámbito regional ha bajado un punto (un tercio menos de votantes), quedándose en el 6%, sus 40.000 votos han sido suficientes para subir de cuatro a cinco diputados.
Dado que el domingo se votaron también las representaciones comarcales sin el límite del 5%, los fascistas lograron entrar en cada una de ellas. Es más, hay siete comarcas y otras tantas aldeas donde suman entre el 25% y 33% de los votos. Se trata de zonas rurales donde una mayoría de la población se ha marchado al oeste alemán en busca de una vida mejor y donde los partidos democráticos no han hecho campaña.
Para erradicar a esta versión moderna del fascismo alemán, Sellering y sus colegas piden un nuevo proceso de ilegalización al NPD. Un propósito que se da de bruces con la realidad jurídica ya que la Corte Constitucional resolvió que no puede ilegalizar este partido hasta que el servicio secreto interno no haya retirado a sus agentes infiltrados y confidentes de las filas neonazis. Por eso, el mayor problema del NPD no es su ilegalización sino un pleito que tiene con el Parlamento alemán, que le acusa de haber malversado fondos para la campaña electoral.
De cara al futuro, todos los partidos miran en primer lugar hacia las elecciones regionales de Berlín, el 18 de setiembre. Se augura otra victoria del SPD, que posiblemente podrá elegir entre seguir gobernando en la capital con el Linke o hacerlo con los Verdes. Por el momento no parece que los ecologistas puedan empatar con los socialdemócratas. La CDU se prepara para otro bajón y el FDP, está, de nuevo, al borde de su desaparición. De hecho, los sondeos sitúan al Partido Pirata por delante de los liberales.
A pesar de su carácter regional, esta cita electoral se verá influida por la decisión que tome mañana la Corte Constitucional sobre los derechos del Parlamento federal respecto a las ayudas financieras a Grecia y a otros países. Destacados empresarios, contrarios a la política de Merkel, invitan al FDP a poner fin a la coalición con la CDU/CSU oponiéndose al segundo paquete de ayudas que el Bundestag votará el 29 de setiembre.