La Mancomunidad de San Marko celebró ayer en Donostia la reunión constitutiva de la Junta, que nombró a Beñat Amenabar, concejal de Hernani, nuevo presidente. Asimismo, Nerea Sánchez, edil de Lasarte, será la nueva vicepresidenta de la Manco- munidad, mientras que el cargo de depositario correspondió a Andoni Gartzia, alcalde de Astigarraga. Todos ellos son cargos electos de Bildu.

En la reunión de ayer también se eligió a los representes de San Marko en la Asamblea del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa. Estos puestos correspondieron también a Amenabar y Sánchez, y a José María Rivadeneyra, concejal de Usurbil, también por Bildu. Asimismo, Amenabar y Sánchez serán también los representantes de la Mancomunidad en Biosanmarkos S.A.

La nueva dirección mostró su voluntad de continuar el trabajo iniciado en la pasada legislatura tanto en la Mancomunidad como en varios ayuntamientos, destacando que «se impulsó un modelo alternativo basado en el respeto al medio ambiente y a la salud de la ciudadanía y dejando en evidencia que durante años se apostó por un modelo equivocado en la gestión de los residuos urbanos».

En este sentido, se marcaron como prioridad «afianzar y reforzar los pasos dados» y destacaron que tienen muy claro qué política se debe adoptar en la recogida y gestión de los residuos urbanos: «En primer lugar hay que tomar medidas concretas para reducir su volumen y, posteriormente, reciclar lo máximo posible».

«Sabemos que para ello es imprescindible la recogida selectiva, y mientras no se apueste por ello no lograremos solucionar el problema», añadieron.

Junto a ello, destacaron que el sistema de recogida que se emplea condiciona completamente la gestión posterior de los residuos. «Si la mayoría de los residuos urbanos (el 90%) es reciclable, nuestro objetivo será realizar la mejor recogida posible para que el porcentaje que no se pueda reciclar sea el menor posible. Tenemos claro que el sistema de recogida empleado hasta el momento hace que el problema sea cada vez más grave», explicaron.

Junto a ello, subrayaron que en las elecciones de mayo la ciudadanía optó por otra manera de hacer política, más participativa. «Los residuos urbanos son una buena oportunidad para ello. Todos generamos residuos, pero todos tenemos la capacidad de aportar a la solución del problema, comenzando por nuestras propias casas. Acudiremos a los pueblos y barrios para explicar cuál es el problema y pedir compromisos a la ciudadanía», destacaron.

«Vivir en el primer mundo y tener la capacidad de permitirnos comodidades no nos autoriza a despilfarrar materiales que pueden reciclarse ni a perjudicar al medio ambiente. Tenemos una oportunidad para hacer política desde abajo en vez de hacerla desde palacios y desde arriba», añadieron.