La lluvia que cayó de forma incesante en Nueva York desde el martes, forzando a suspender la ronda masculina de octavos de final, obligó a retrasar hora y media el inicio de la jornada de ayer, que tuvo que volver a suspenderse un cuarto de hora después de haber empezado.

Rafa Nadal, que perdía por 3-0 ante el luxemburgués Muller, paró el partido y se dirigió al árbitro para decirle que en esas condiciones no era seguro seguir jugando. El árbitro suspendió el partido, y algunos aficionados abuchearon al jugador al retirarse a los vestuarios. Durante la espera, Nadal declaró que los tenistas deben estar unidos y no aceptar jugar en condiciones que puedan poner en peligro su integridad física.

Andy Murray, que también jugaba en otra pista, coincidió en la peligrosidad de jugar en estas condiciones, «porque las líneas se vuelven muy resbaladizas.

Los partidos se suspendieron a las 20.30 (hora de EH), aunque la organización esperaba poder reanudarlos una hora después.