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«La muerte de Robert Mitchum» invita a un insólito viaje cinéfilo

La pareja de debutantes formada por Olivier Babinet y Fred Kihn sigue la estela cinéfila de Aki Kaurismäki, Jim Jarmusch y Wim Wenders. Los mitos del cine clásico americano invocados desde la vieja Europa, en una película de carretera con rumbo al Norte a ritmo de psychobilly.
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M. INSAUSTI | DONOSTIA

Las crónicas coinciden en señalar a «Robert Mitchum est mort» como una de las películas más insólitas del pasado año, después de pasar por Cannes, Mar Del Plata, Sevilla, Londres, Angers o Dieppe. Ha sido incluida en secciones de cine raro, pero la extrañeza no debería ser tanta, teniendo en cuenta que los debutantes Olivier Babinet y Fred Kihn siguen la senda cinéfila de Aki Kaurismäki, Jim Jarmusch y Wim Wenders.

Son el relevo generacional, porque Olivier Babinet acaba de cumplir los cuarenta. Es de los dos el que tiene más experiencia, habiendo participado en la serie de televisión «Le Bidule», además de ganar el Premio Especial del Jurado en el Festival de Clermont-Ferrand del 2008 con su cortometraje «C'est plutôt genre Johnny Walker». Su compañero Fred Kihn viene de la fotografía.

Y, precisamente, la fotografía es uno de los aspectos vitales en su ópera prima conjunta. Han contado como operador con nada menos que el finlandés Timo Salminen, estrecho colaborador de Aki Kaurismäki a lo largo de toda su filmografía, y que también ha trabajado de forma puntual en proyectos colectivos en los que han estado Jim Jarmusch y Wim Wenders.

En su honor el viaje que relata «Robert Mitchum est mort» conduce a sus tres protagonistas rumbo al Norte, hasta el mismísimo Ártico. El extrafalario trío de esta película de carretera lo forman un mánager anclado en los 70, el fracasado actor al que representa y un músico negro con aspecto de Screamin' Jay Hawkins.

El gran actor belga Olivier Gourmet está impecable en el papel del representante artístico perfectamente trajeado, con su chaleco y todo. El papel de su representado recae en Pablo Nicomedes, un tipo excepcional dotado de un físico crespuscular, el de un desgarbado fumador. Y el peinado en cresta de Bakary Sangaré conecta con la música psychobilly que suena en el coche. Aunque en el trailer de la película se puede oír a los Cramps, lo cierto es que la banda sonora está compuesta por Etienne Charry, líder del grupo de Estrasburgo Les Screaming Kids, que actúan en directo dentro del metraje. El resto de las canciones son igual de oscuras y acordes con los bares vacíos, o con los paisajes desolados que cruzan rutas infinitas.

Estreno

T. O.: «Robert Mitchum est mort». Dir.: Olivier Babinet y Fred Kihn. Int.: Olivier Gourmet, Pablo Nicomedes, André Wilms, Bakary Sangaré, Danuta Stenka. P.: Estado francés, 2010. D.: 91 m.

Estreno

D.: Isaki Lacuesta. G.: Isa Campo e Isaki Lacuesta. Int.: Miquel Barceló, Bokar Dambele. P.: Estado español, 2011. D.: 90 m.

Estreno

Dirección: Carles Benpar.

Intérpretes: Gary Piquer, Silvia Marsó, Fernando Guillén.

Fotografía: Tomás Pladevall.

País: Estado español, 2010.

Duración: 120 minutos.

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