Bruselas mantiene sus previsiones de ralentización del crecimiento
Las nuevas previsiones de crecimiento de la Comisión Europea confirman que la economía se ralentizará durante el segundo semestre de este año, si bien se descarta entrar en recesión. Según los datos ofrecidos por Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el PIB de la eurozona aumentará en un 1,6% en 2011, mientras que en los veintisiete estados de la UE el alza llegará hasta el 1,7%.
GARA | BRUSELAS
La Comisión Europea (CE) confirmó ayer que el crecimiento económico en los países del euro y la Unión Europea se ralentizará durante la segunda mitad del año, aunque descartó la entrada en una segunda recesión.
«Esperamos un estancamiento, pero no una vuelta a la recesión», recalcó el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en la presentación de las previsiones económicas interinas de la CE, que revisan sus cálculos de primavera.
Bruselas mantuvo la previsión de crecimiento de los socios del euro en el 1,6% y rebajó la de los Veintisiete en sólo una décima, hasta el 1,7%. En concreto, la CE anticipa que el crecimiento será menor de lo esperado en el tercer y cuarto trimestre del año, cuando el PIB del área del euro se expandirá solo un 0,2% y un 0,1%, respectivamente.
Ese bajón quedaría compensado en el cómputo de todo el año (1,6%) gracias a los inesperados buenos resultados del primer trimestre, cuando el bloque creció por encima de lo previsto inicialmente.
Alemania, hasta el 2,9%
Las grandes economías evolucionarán de manera similar. Sólo Alemania ha visto mejorado su crecimiento anual respecto a lo previsto en primavera (del 2,6% al 2,9%), aunque lo ha hecho a causa de su buen inicio del año y también se verá afectada por el parón en los próximos meses.
El Estado frances crecerá un 1,6% (en lugar del 1,8% esperado inicialmente); Italia un 0,7% (frente al 1% previsto); y Gran Bretaña, que no pertenece al euro, un 1,1% (una fuerte rebaja con respecto al 1,7 % de mayo).
La previsión para el Estado español se mantiene en el 0,8%, pese a que se esperaba una rebaja de la previsión del crecimiento que finalmente no se ha producido. Los cálculos de Bruselas son bastante inferiores a los del Gobierno de Madrid. La ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró ayer que no tiene intención de modificar su previsión de un crecimiento del 1,3%.
En su informe, la Comisión Europea constató que el bache que ya auguraba en sus previsiones de primavera será previsiblemente «más profundo» a causa del debilitamiento de la demanda interna, el deterioro de la confianza, el impacto de la crisis en los mercados financieros y de las consecuencias de los ajustes fiscales en algunos países comunitarios.
Con todos estos datos, el Ejecutivo comunitario revisó también a la baja sus previsiones de inflación en la zona euro (del 2,6% al 2,5%) y en la UE (del 3% al 2,9%).
Inyección de dólares
Bruselas destacó además los problemas de liquidez existentes en la UE, causados principalmente por las dificultades del sector financiero, que tienen efectos negativos en la demanda, especialmente la privada. «Los bancos están acumulando dinero en lugar de prestárselo entre ellos», apunta el informe.
Quizá este sea uno de los motivos por los que el Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y el Banco Nacional de Suiza anunciaron una importante inyección de dólares estadounidenses, con la celebración de tres subastas con vencimiento a tres meses que se celebrarán el 12 de octubre, el 9 de noviembre y el 7 de diciembre.
Los mercados, con los bancos a la cabeza, reaccionaron con fuertes subidas bursátiles ante una operación que les permitirá acceder a un mayor margen de maniobra.
La canciller alemana, Angela Merkel, insistió ayer en su rechazo a la creación de eurobonos al estimar que su emisión causaría que «los países con unas finanzas estatales sólidas serían castigados y los que tienen que aplicar reformas estructurales, premiados».
El Congreso español dio su luz verde al plan aprobado en la cumbre europea del pasado 21 de julio, que incluye un nuevo rescate de Grecia y la flexibilización del fondo europeo. El acuerdo fue adoptado con 331 votos a favor y 4 en contra, los de ERC e ICV-IU.
El empleo en la zona euro y en el conjunto de la UE aumentó ligeramente en el segundo trimestre respecto a los tres meses precedentes, en un 0,3% y un 0,2%, respectivamente, según datos del Eurostat.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, reclamó a los países europeos que aborden «con firmeza» sus problemas de financiación, para lo cual considera imprescindible que lleven a cabo una «consolidación fiscal creíble». También incidió en la importancia de que las principales economías del continente deben conseguir que sus bancos cuenten con «reservas de capital suficientes» con el objetivo de apoyar el crecimiento mediante préstamos del sector privado.
Frente a quienes reclaman que cesen los discursos de tintes negativos, Lagarde advirtió que el mundo está entrando «en una nueva fase peligrosa de la crisis», con «momentos de gran ansiedad económica». Subrayó que «el panorama económico se ve gris y turbulento, a medida que se desacelera la actividad mundial y se intensifican los riesgos a la baja».
Respecto al crecimiento económico, la máxima responsable del FMI consideró que se está viviendo una fase de recuperación «anémica y accidentada, con niveles inaceptablemente altos de desempleo», e incluso no descartó entrar en recesión. GARA
