Imanol Intziarte Periodista
Esto no puede ser, María Teresa
Estos radicales son cada vez más peligrosos. Antes cruzaban contenedores y lanzaban piedras, con lo cual nuestras fuerzas policiales ya tenían argumentos para forrarlos a ostias. Ahora no. Ni siquiera se conforman con su clásica manifestación, pancarta en ristre y coreando eslóganes como si fueran un mantra. En lugares totalmente embrutecidos como Alsasua, tienen la osadía de celebrar parodias para hacer mofa, befa y escarnio de lo más sagrado, sin respetar ni al Cristo de la Legión -al que sustituyen en la cruz por una muñeca de látex diseñada para el pecado- ni a nuestra insigne majestad el rey de España, quien ha dedicado una vida de esfuerzo y sacrificio al bien común.
Además, no se conforman con que sus vergonzosos actos queden en la intimidad del pueblo, sino que los graban en video para colgarlos en el Yutuf. Si no me creen, sólo han de teclear en el buscador de internet palabras como «parodia», «rey» y «Alsasua», aunque les advierto que una sola mirada puede dañar hasta los corazones más aguerridos. Estos vandálicos actos se sustentan en el falaz argumento de que las fuerzas de seguridad «atosigan» a los habitantes de la comarca, cuando la realidad es que todos los esfuerzos policiales se centran en proteger a estas almas descarriadas y salvaguardar su bienestar. Si, por ejemplo, les ponen en el arcén mirando al monte durante horas, es para que admiren los bellos paisajes de la Sakana, a ver si el aire puro y la visión del perfil del San Donato son capaces de destruir la ponzoña que les envenena.
Qué decir de Oñate, donde han tenido la osadía de colocar maletas de viaje frente al cuartel de la Benemérita, un claro mensaje racista contra quienes sólo anhelan confratenizar con el paisanaje para disfrutar en las sobremesas de unas apasionantes partidas de dominó. Por ello exijo la ilegalización de estas poblaciones al completo, de los carnavales de Tolosa, del Irrikitaldia de las fiestas de Donostia, de las chirigotas de Cádiz y del show que se montaban Andreu Buenafuente y Berto Romero imitando a Los Bogbones y a Jaime Peñafiel. Esto no puede ser, María Teresa, no puede ser.