GARA > Idatzia > Iritzia> Jo puntua

Xabier Silveira Bertsolari

Nuno Pereira, São Nuno. De Bragança a Óvidos

São Nuno, murió un primero de noviembre del siglo XIV tras erigirse en héroe de la guerra de independencia que Portugal ganó contra Castilla. Más le valdría a la clase política lusa seguir su ejemplo y no dejarse ningunear por sus imperialistas vecinos

Evidentemente, no soy religioso. Obviamente, no soy cristiano, mi dios soy yo mismo y espero que tu dios o diosa lo seas tú. Y, faltaría más, no soy católico apostólico romano, pues el mero hecho de serlo me convertiría en pederasta, machista, homófobo, asesino de indígenas de todo el mundo, exterminador de culturas y un largo etcétera de cosas que siempre he procurado no ser a la vez que me he sentido identificado al cien por cien con quienes luchan o han luchado de la forma que fuere contra el terror que allá donde acampa el ejército de Ratzinger se ha de padecer. Aunque lo hacen de buena fe, eso sí. Y precisamente un poquito de fe, pero que muy muy poquita fe, basta para ver en las sombras que crea la luz que, mientras escribo estas líneas, me alumbra (vaya esto por delante: no he tomado peyote, tres Súper Bock de tercio nada más, porros los justos, y la recena, aunque picaba, no llevaba psicotrópicos de ningún tipo). Las sombras, digo, dibujan dos archiconocidos y celestiales rostros: A mi izquierda, con algún matiz abstracto en la nariz (no va con segundas lo de nariz), Jesús, el de Nazaret. Y a su derecha su madre, María, mi amiga la Virgen. No diré que lo juro por dios, sé que para vosotros no soy gran cosa, igual que sé que a partir de este Jo Puntua me tomaréis por el pito de un borracho, pero están ahí, os lo aseguro. Que conste que al apagar la luz veo que se van; o sea, se dejan de ver; no se van por que no están y/o se van por que no se ven, aunque lo repito, con la luz encendida están o, mejor dicho, se ven. Me lío, claro, pero en realidad el único problema que tengo radica en explicároslo a vosotros porque aquí, en Portugal, estas cosas son el pan nuestro de cada día. Se ve de todo, aunque no se vea, aunque no lo sea. Se ve y por ende es.

Y si no, que se lo pregunten a los dos principales testigos del juicio que estos días se lleva a cabo contra el preso político vasco Andoni Zengotitabengoa en Caldas da Ranha (Portugal). Parece ser que estas dos personas declararon en su día haber visto a Andoni en la casa de Óvidos que albergaba una considerable cantidad de explosivo, según aireó a bombo y platillo la Policía Judiciaria. Pues bien, ahora resulta que esas declaraciones las realizaron bajo presión, y así se lo han hecho saber a la sala, de la cual el presidente ordenó a la fiscalía que investigue a los inspectores responsables del caso, pues ve indicios de que existiera una conducta susceptible de ser criminal. Parece ser que la colaboración policial hispano-lusa funciona, pero a medias, pues ya se utilizan aquí los métodos españoles, aunque se los aplican, por lo visto, a todo dios. Hecho éste que demuestra que ser buen estudiante no implica inteligencia alguna. Y es que la inteligencia en este país pudiérase decir que se extinguió con la muerte de Nuno Pereira, São Nuno, muerto un primero de noviembre del siglo XIV tras erigirse en héroe de la guerra de independencia que Portugal ganó contra Castilla. Más le valdría a la clase política lusa seguir su ejemplo y no dejarse ningunear por sus imperialistas vecinos. Los beatificarán, como al gudari Nuno Pereira en 2009. E mais nada.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo