Diamond League
Bolt renuncia al diamante y apuesta por la marca
El jamaicano se alinea en los 100 en la clausura de Bruselas donde busca el mejor crono del año.
Miren SÁENZ
La Diamond League llega a su fin porque Bruselas cierra esta tarde el circuito de 14 reuniones que arrancó la primera semana de mayo y concluye con el prestigioso Memorial Van Damme. Y lo hace con un cartel imponente, apoyado además por la presencia de Usain Bolt, el incuestionable astro de la velocidad.
La segunda edición de la Liga ya ha decidido a varios de sus ganadores, por lo que algunos ni siquiera se vestirán de corto y otros, como Bolt, ni se van a molestar en defender su territorio.
El actual sistema de puntuación otorga 4 puntos al primero, 2 al segundo y 1 al tercero de cada reunión. Estos puntos se duplican en las finales de Zúrich y Bruselas. A los ganadores de cada disciplina les esperan un diamante valorado en 10.000 dólares (unos 7.202 euros) y un cheque por 40.000 (cerca de 28.808). Usain Bolt encabeza la de 200 metros, que lidera empatado a 12 puntos con Walter Dix, pero ha preferido correr los 100 donde su compatriota Asafa Powell ya ha ganado el premio.
Es evidente que para un tipo como Bolt, con un contrato de 6 millones de dólares con Puma, esto debe de ser calderilla. Pero también da una ligera idea de la importancia que el Relámpago le otorga al evento. El hombre más rápido del planeta deja el camino libre a Dix y las hipótesis sobre la renuncia apuntan en varias direcciones.
Alguna puede estar relacionada con ciertas molestias en los tendones de Aquiles que le aquejan sobre todo al correr la curva. Otras, a que su entrenador Glenn Mills no quiere enfrentar a sus pupilos de moda, Bolt y Yohan Blake, su sucesor como campeón mundial después de que el favoritísimo protagonizara en Daegu lo que el organizador de esta reunión Wilfried Meert ha calificado como «la salida falsa del siglo».
El afectado, por su parte, insiste en que lo que realmente le interesa es hacerse con la mejor marca del año, que continúa en las piernas de Asafa Powell (9.78) y el quiere tener en las suyas. También el pedrusco de los 100 metros irá a parar al bolsillo de Powell, la baja más importante en la velocidad a dos días del inicio del Mundial de Daegu en el que ni siquiera pudo alinearse en el relevo.
Paradojas de la vida. Powell atesora 18 puntos por sus victorias en Shanghai, Lausana y Birmingham y sus dos segundos puestos de Roma y la reciente Zúrich. Inalcanzable ya para sus adversarios, su victoria parece confirmar la fama que arrastra desde sus tiempos de plusmarquista de rendir estupendamente en los mítines y temblar en la gran competición. Asafa no se vestirá de corto en la rápida pista del estadio Rey Balduino, pero sí sus compatriotas Carter y Clarke, los estadounidenses Gatlin y Padgett, y el francés Vicaut para acompañar a Bolt.
Dos pedruscos para Jeter
Pero si alguien ha hecho los deberes durante el curso de verano, ésa ha sido Carmelita Jeter, laureada como campeona mundial -oro en 100 y 4x100 y plata en 200- y enjoyada por partida doble en los 100 y los 200. De nuevo se las verá con la jamaicana Veronica Campbell-Brown, que en el hectómetro de esta tarde sólo puede quitarle el triunfo, ya no la recompensa.
Otro de los focos de atención será sin duda David Rudisha. Imbatido en 800 metros desde hace dos años, el nuevo campeón del mundo keniata atraviesa un periodo genial. El pasado sábado en Rieti se acercó peligrosamente a su récord del mundo (1:41.33 contra 1:41.01).
Hoy podría destronar de nuevo a su anitguo compatriota Wilson Kipteker, que como danés aún conserva el récord del estadio, unos 1:42.20 que han cumplido 14 años. Puja por el diamante y sólo una catástrofe sumado a unos inspirados Kiprop o Kaki podrían apartarle de la victoria final.
Los gemelos Borlee pondrán el toque local en una prueba en la que también estará Oscar Pistorius. Jonathan y Kevin corrieron la final en Daegu y el amputado sudafricano de las prótesis llegó hasta las semifinales.
También las pruebas de fondo tendrán un gran nivel. Vuelve Kenenisa Bekele al 10.000 que no pudo concluir en Daegu. Otro etíope, Imane Merga, lo intentará en el 5.000 y apuesta por el premio que podría haber ido a Mo Farah, que ha decidido no comparecer.