Un regreso muy esperado
El cuarto debut de Barriola
El de Leitza volverá a las canchas el lunes después de cinco meses de recuperación de su muñeca izquierda.
Jon ORMAZABAL
Dice el proverbio que lo importante no es no caer, sino poder levantarse y seguir adelante. Abel Barriola podría ser el ejemplo ideal de la frase anterior y, el lunes regresará a las canchas en Logroño, después de superar la operación y el consiguiente período de recuperación de cinco meses. Por desgracia, no es la primera vez que afronta un reto similar, -el de Leitza tuvo que ser operado de su mano derecha en 2005 y de su rodilla el año pasado-, pero afortunadamente nada ha podido con su ilusión y reconoce que siente un gusanillo interior similar a aquel 22 de febrero de 1998 en el que disputó su primer partido como profesional en el Beotibar tolosarra.
«Los debuts y las reapariciones siempre son bonitos, son días especiales. El debut sólo es uno pero partidos similares al debut suele haber y las reapariciones son unos de esos días», reconoció ayer a GARA. En ese sentido, explicó que «siempre hay algo de nervios y de dudas sobre cómo estaré. No quizá como el día del debut, pero han pasado cinco meses sin jugar y, aunque lleves muchos partidos en las espaldas, las sensaciones siempre hay algo de nerviosismo que es normal e incluso positivo», agregó.
Barriola ha completado ya hasta cuatro entrenamientos en frontón con rivales y las sensaciones son muy buenas, sobre todo esta última semana y media, cuando la muñeca ha respondido a la perfección, olvidando los dolores de sus primera pruebas.
La duda radica ahora en cómo responderá a un partido que, a pesar de estar al margen del torneo de San Mateo, supone una prueba exigente -jugará con Gonzalez como delantero ante Olaizola I-Apraiz-. «Al final una cosa son los entrenamientos y otra la competición, el material es muy distinto y la intensidad también. Ahora me falta coger juego y ritmo, disputar partidos porque ese último salto sólo te lo da la competición. Querría tenerlo todo pero es imposible».
«Ruleta rusa»
En una lesión larga, el aspecto sicológico es fundamental y en este sentido, Abel Barriola ha contado con la experiencia de procesos de recuperación anteriores, que en el caso de la rodilla resultaron incluso traumáticas. Los momentos iniciales nunca son fáciles, pero el zaguero de Leitza ha aprendido a no buscar culpables y mirar siempre hacia adelante.
Además cuenta con el precedente de que al poco tiempo de volver a las canchas tras su triada, se vio jugando la final del Cuatro y Medio ante Irujo: «Sí, pero las lesiones siempre son como una ruleta rusa y a nadie le gusta jugar. Casi siempre sales adelante, por qué no de todas, pero siempre tienen un peligro, mayor o menor, de que tu nivel no sea el mismo o que las cosas no te salgan bien. Por eso jugar con fuego no gusta a nadie pero cuando toca así hay que ir hacia adelante y entrenaré todo lo posible para recuperar mi nivel. Luego pueden pasar muchas cosas, hay mucho nivel y competencia por hacerse un hueco, y yo también quiero y por qué no entre los mejores. Pero decirlo es una cosa y otra demostrarla en la cancha».
En el ámbito competitivo, el Cuatro y Medio, en el que su condición de finalista la pasada campaña le permitirá ser cabeza de serie, debe ser su próximo gran reto, pero de momento prefiere ser cauto. «No le miro demasiado, ahora mismo lo que quiero es jugar partidos. Sé que al principio será muy complicado conseguir buenos resultados pero quiero entrar en esa dinámica de entrenar, jugar el fin de semana si se puede y entrar en esa rutina. Una vez ahí, como todos los pelotaris, hay tres objetivos durante el año, el Cuatro y Medio, el Parejas y el Manomanista. Siempre se me han dado mejor las competiciones individuales y la jaula es una de ellos. El nivel está muy alto pero por intentarlo no va quedar». De eso no cabe ninguna duda.
«Las lesiones siempre son como una ruleta rusa y a nadie le gusta jugar. Casi siempre se sale, por qué no de todas, pero siempre tienen un peligro, mayor o menor, de que tu nivel no sea el mismo».
«Ahora mismo no le miro demasiado, lo que quiero es jugar, entrar en esa rutina de entrenar y jugar el fin de semana. Una vez ahí, como todos los pelotaris, hay tres objetivos durante el año y la jaula es uno de ellos».