Un histórico acuerdo abre la puerta al fin de la crisis política en Bélgica
Tras casi año y medio de grave crisis política, los ocho partidos que han participado en las negociaciones para tratar de desbloquear la situación cerraron, al filo de la medianoche del miércoles, un acuerdo histórico que abre la puerta al fin del impasse, aunque la formación del Gobierno depende todavía del consenso en torno a varias cuestiones espinosas.GARA |
A pesar del gran avance que ha supuesto el acuerdo histórico logrado en torno a la división del distrito de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), la crisis política que se ha prolongado durante 459 días no se ha terminado en Bélgica, y la formación de un Gobierno depende del compromiso que los ocho partidos firmantes del acuerdo adopten en torno a otras cuestiones delicadas que dividen a las comunidades flamenca y valona. La formación independentista fla- menca N-VA, ganadora de los últimos comicios de junio de 2010, no han tomado parte en las conversaciones.
El pacto logrado poco antes de la medianoche supuso un giro total a la situación de la mañana, cuando las negociaciones se atascaron, el primer ministro en funciones, Yves Leterme, anunciaba que dejaba la política belga y el rey Alberto II interrumpía sus vacaciones para regresar de urgencia ante el agravamiento de la crisis.
Después de diez horas de negociación maratoniana, el ambiente era distinto. Reinaba el optimismo y se confiaba en poder formar para comienzos de octubre un nuevo Ejecutivo, una misión que ha sido imposible desde las elecciones del año pasado y ha convertido a Bélgica en el Estado del mundo que más tiempo está tardando en conseguir un acuerdo de Gobierno tras unos comicios.
Pero quedan temas espinosos sobre los que alcanzar un consenso, aunque los negociadores resaltan que este acuerdo es «un paso muy importante».
Los ocho partidos que han participado en la negociación -socialistas, liberales, centristas y ecologistas flamencos y valones- lograron salvar sus diferencias, que parecían irreconciliables, para lograr un acuerdo que los analistas, según Efe, han considerado de forma unánime «muy equilibrado». Los mismos comentaristas consideran «perdedor» al N-VA, que no consiguió alcanzar un pacto cuando lideró la negociación para formar Gobierno.
El N-VA y el partido flamenco de extrema derecha Vlaams Belang, así como el FDF, una pequeña formación francófona muy presente en la periferia flamenca de Bruselas, se han opuesto al pacto.
La división de BHV (ordenada en 2003 por el Tribunal Constitucional, pero bloqueada por la petición de compensaciones de los francófonos) contaminaba desde hace años la vida política belga y provocó, de abril de 2010, la caída del Gobierno.
El que era último distrito electoral bilingüe, enclavado en Flandes y que engloba los 19 municipios de Bruselas y 35 de la provincia de Barbante flamenco, será finalmente escindido, como reclamaban los flamencos desde hace cuarenta años y que los valones aceptaron tras obtener satisfactorias compensaciones.
Algunos medios revelaron que los flamencos lograron la división a cambio de fondos suplementarios para Bruselas, ciudad francófona cuyas finanzas están agotadas, informó AFP.
Los francófonos que viven en seis enclaves contiguos a Bruselas que ofrecen les «facilidades administrativas» por ser una minoría importante, podrán optar en las elecciones legislativas por candidatos francófonos o flamencos de la capital y seguirán disfrutando de la educación y la justicia en su lengua.
Tras cerrar el complicado asunto de BHV, los negociadores retomaron ayer el diálogo para centrarse en otros asuntos delicados como la transferencia de más competencias a las regiones y su financiación, antes de abordar la cuestión del presupuesto.
«Incluso si el trabajo está lejos de haber acabado y queda mucha negociación, la etapa superada en cuanto a BHV, la reforma del Senado y el voto de los belgas en el extranjero es un paso muy importante», señalaron los negociadores.