El centroizquierda ganó ayer las elecciones generales en Dinamarca, acaba con una década en el poder de la derecha y sitúa por primera vez en la historia del país a una mujer al frente del Gobierno, la socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt.

La oposición obtuvo el 50,5% de los votos y 89 escaños frente al 48,7% y los 86 escaños del bloque gubernamental, escrutado el 81%. Con este resultado, el centroizquierda se quedaría a un escaño de los 90 que marcan la mayoría en el Parlamento danés, que no obstante alcanzará recurriendo a alguno de los cuatro diputados que se reparten los territorios autónomos de Groenlandia y las Islas Feroe. Pese a la victoria del centroizquierda, el partido con más votos sería el Partido Liberal del primer ministro, Lars Løkke Rasmussen. El resultado del Partido Socialdemócrata fue histórico por bajo, ya que la victoria de la coalición se ha debido más bien a los avances del resto de partidos que ha conseguido aglutinar, sobre todo los roji-verdes y el centrista Partido Radical Liberal.

El Partido Popular Danés pierde toda la influencia que le había permitido convertirse en árbitro de la política danesa con un discurso centrado casi exclusivamente en la inmigración.