Lo habitual es que las comparaciones entre el fútbol masculino y femenino se realicen con tono quejoso. Menos dinero, menor seguimiento... Y, sin embargo, como todo en esta vida, esa inferioridad en determinados aspectos también tiene sus consecuencias positivas. La principal, que incluso en la elite éste sigue siendo un asunto eminentemente deportivo.

Los derbis, como el que enfrentará a Real y Athletic el próximo domingo en Zubieta, son un buen ejemplo. La rivalidad es máxima, pero se limita al rectángulo de juego. Quizá por eso, la marcha de una jugadora al rival no es objeto de debates encendidos, cruce de declaraciones y declaraciones de guerra varias. Irene Paredes ejerce de ejemplo esta temporada. Tras tres temporadas defendiendo la camiseta txuriurdin, la legazpiarra ha cogido este año la A8 para convertirse en uno de los refuerzos de lujo con los que el Athletic espera volver a pelear por el título de Liga. Y como reconoce la propia jugadora, el cambio de aires le ha supuesto «algún pique. Ya he tenido que escuchar alguna cosa, pero en plan sano». Por eso el domingo, cuando regrese a la que ha sido su casa, espera un recibimiento «de lo más normal. Nunca sabes qué te puede decir la gente que no te conoce, pero allí hay muchos amigos, así que no espero nada especial».

Sí lo es, cumpliendo el tópico, el encuentro. «Desde luego se hace raro. Ya me estoy acostumbrando a jugar con la camiseta rojiblanca, pero hacerlo contra la Real no es lo mismo, aunque nos hayamos enfrentado en pretemporada. Creo que hacerlo allí, y en Liga, será bastante más especial. Y bonito».

Aspiraciones

Y complicado, por mucho que el principal motivo por el que la central guipuzcoana se decidió a aceptar la oferta del Athletic, que llevaba tiempo interesándose por su fichaje, fueran las aspiraciones del club rojiblanco. «Es un equipo que siempre está ahí arriba, en los primeros puestos, peleando por títulos... Y eso es muy importante para un deportista aunque, aún así, me costó decidirme. Pero creo que es una oportunidad para mí y espero aprovecharla», asegura.

Pero el potencial del Athletic no resta un ápice de dificultad al derbi. «La Real va mejorando de año en año y estoy segura de que esta temporada va a hacerlo muy bien», asegura la legazpiarra, que espera poder frenar los puntos fuertes de su rival. «Son muy peligrosas en las jugadas de estrategia», advierte, por lo que su labor, aunque se pueda ver facilitada precisamente por su pasado txuriurdin, será clave. «Sí, tengo claro que me va a tocar trabajar», asume la zaguera, que prevé un derbi en toda regla. «Muy competido, difícil para los dos... y con victoria para el que marque primero. No suele haber muchos goles y tampoco creo que los vaya a haber esta vez», augura.

Pero la tercera jornada no sólo supone la disputa del primer derbi de la temporada. Tras dos encuentros frente a equipos de la zona media de la tabla -«aunque los que menos esperas son los que se te suelen atragantar», admite Irene-, saldados ambos con victoria, el Athletic abre en Zubieta una fase del calendario en la que se enfrentará a tres adversarios muy complicados, Real, Atlético y Espanyol. Todavía quedará mucho como para que sean «definitivos», pero sí «nos pueden confirmar cómo está el equipo realmente».